De cara a las presidenciales del 14 de abril, la oposición venezolana se muestra más agresiva y cohesionada en torno a su candidato Henrique Capriles, pero tiene el reto de enfrentar el mito que se teje en torno al fallecido presidente Hugo Chávez, omnipresente en el discurso del oficialista Nicolás Maduro, opinan analistas.
Capriles, un abogado de 40 años, se presenta por segunda ocasión como abanderado presidencial de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), midiéndose a Maduro, de 50 años, presidente encargado y designado por Chávez como su heredero político, antes de fallecer el 5 de marzo.
La oposición nunca pudo derrotar a Chávez (1999-2013) en unas presidenciales y, aunque las encuestas ahora le son también adversas, Carlos Ocariz, responsable del comando de la campaña opositora, bautizada Simón Bolívar, estima que se trata de “la oportunidad más grande de ganarlas en 15 años”.
“Sabemos que será difícil, pero tenemos a un excelente candidato y Maduro ha conducido al país a un auténtico desastre”, confió a la AFP Ocariz, en alusión a algunas recientes decisiones del gobierno, como la devaluación del bolívar.
Capriles logró para estas presidenciales aglutinar por primera vez a todos los partidos de la MUD, conformada por una veintena de organizaciones políticas de diverso matiz ideológico, en una tarjeta electoral única.
En una carrera contrarreloj, el actual gobernador del populoso estado de Miranda (norte) se ha dedicado a recorrer varios poblados y ciudades de Venezuela, a poco más de una semana de que inicie formalmente la campaña electoral, con un discurso más frontal y agresivo con su contrincante, que no tuvo cuando perdió ante Chávez por once puntos de porcentaje en los comicios del 7 de octubre.
En sus constantes declaraciones, Capriles acusa al exvicepresidente y excanciller de ser un “mentiroso” e “incapaz”, y asegura que Maduro no se quiere medir en un debate porque le tiene “culillo” (miedo) y su mensaje no tiene “contenido”.
Incluso, advirtió que no enviará “ni una gota de petróleo a Cuba”, frente a los 130.000 barriles diarios que recibe actualmente la isla comunista a condiciones preferenciales.
“Mientras haya un venezolano pasando hambre, aquí no sale una gota más de petróleo regalada y esto es contigo Nicolás, que te pasaste seis años viajando por el mundo regalando los reales”, aseguró Capriles, hablando de tú a tú a su rival.
“Ya llevo dos vicepresidentes que los he raspado (derrotado), ya llevo dos (…) la tercera es la vencida”, dijo Capriles, elegido en 2008 gobernador de Miranda frente al ex número dos del gobierno Diosdado Cabello, una victoria repetida en diciembre pasado frente a Elías Jaua.
Pero, pese a ese renovado ímpetu y sus esfuerzos por desvincular a Maduro de Chávez, Capriles se enfrenta a la sombra del fallecido líder, convertido prácticamente en mito religioso por el oficialismo, y a la influencia que dejó entre sus simpatizantes al pedirles que votaran por Maduro.
“Creo que va a ser una elección y una campaña muy extraña y difícil para la oposición, porque la competencia no será realmente entre Maduro y Capriles, sino entre la voluntad de Chávez y Capriles”, dijo el escritor y analista, Tulio Hernández.
“Existe una triada que juega en este momento. Hay dos actores reales y una figura mitificada”
Para el politólogo Nicmer Evans, la utilización de Chávez en la campaña electoral “es totalmente válida”, porque estima que está “viva” la figura del fallecido líder entre el electorado.
“Existe una triada que juega en este momento. Hay dos actores reales y una figura mitificada, como la del presidente Chávez, quien está vivo en este proceso electoral”, apuntó.
En torno a Chávez, “hay un manejo muy religioso. Se le ve como un mito, como un guerrero épico y un ser sagrado”, apuntó la socióloga Marycleen Steling, quien no duda que esa condición influye marcadamente en la política venezolana.
Maduro, quien se proclama como un “apóstol” de Chávez, se ha abrazado a la figura del presidente para hacer su campaña política, visitando parajes que solía visitar el mandatario y leyendo sus discursos políticos o económicos.
En torno a Chávez, “hay un manejo muy religioso. Se le ve como un mito, como un guerrero épico”
Según el politólogo Ricardo Sucre, si no logra ganar al chavismo en las elecciones de abril, la MUD deberá mantenerse como un bloque de contrapeso: “Si se produce una derrota, esta fuerza política debe ser el contrapeso del gobierno. Se ha trabajado en función de una alternativa”, añadió.
Una encuesta divulgada el martes por la firma Hinterlaces asegura que Maduro tiene el 53% de la preferencia electoral sobre un 35% de Capriles. El estudio fue realizado con 1.100 personas en todo el país entre el 11 y el 16 de marzo.
Hinterlaces previó la victoria de Chávez en octubre, aunque por un margen más amplio de los once puntos que finalmente obtuvo./AFP