Ante el creciente flujo migratorio en la zona del Río Bravo en Ciudad Juárez, en el estado mexicano de Chihuahua, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) realiza maniobras de limpieza y destaponamiento. Esto debido a que los migrantes, a su paso, dejan basura que incluye ropa, zapatos, botellas de plástico y otros artículos que ponen en riesgo la vida que queda en el cauce.
Durante toda esta semana, la maquinaria del instituto excavó unos tres kilómetros del lecho del río para retirar toneladas de arena negra mezclada con basura.
Aunque se retiró la basura del lecho del río, los desechos en las orillas del río siguen intactos.
Ambientalistas de la fronteriza Ciudad Juárez consideran que la limpieza que realiza periódicamente la CILA es insuficiente. Estiman que la única forma de evitar la contaminación es que las autoridades ofrezcan mejor atención a los migrantes.
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Migrantes no son los culpables
Daniel Delgadillo, ambientalista del Frente en Defensa de El Chamizal, la acumulación de basura causada por migrantes tiene un gran impacto en la poca flora y fauna; y que la limpieza que realiza la CILA y la Comisión Nacional de Agua (Conagua) no es suficiente.
“El olor es fétido, hay una fauna y flora a lo largo del río que se ve impactada con estas aguas contaminadas. Es una acumulación de basura, bolsas, cobijas (mantas), ropa vieja, y excremento de los migrantes que han venido a agravar el problema y no hay quien venga y limpie”, señala Delgadillo Díaz.
“Yo no le echo la culpa a los migrantes, creo que los responsables son las autoridades que deberían darles un albergue cercano al río para que puedan hacer sus trámites. No se trata de satanizarlos, son víctimas, la basura es una consecuencia de todos los problemas que ya traen ellos”, explica.
El ambientalista agregó que el gobierno no les da a los migrantes la atención que merecen como seres humanos; y la contaminación del río es una consecuencia de esa falta de atención.
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Hizo un llamado para que las autoridades cumplan con el trabajo de limpiar.
“La limpieza del Bravo la tenemos que hacer hasta tres veces al año, porque sí hay mucha basura, sobre todo después de las lluvias, se nos queda muy lleno de basura porque todos los arroyos que bajan de la sierrita traen llantas, colchones viejos y otro tipo de artículos”, explica José de Jesús Luévano, secretario de la Sección Mexicana del CILA, radicado en Juárez, la frontera más grande entre México y Estados Unidos.
Con información de EFE.
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