El padre del bebé venezolano migrante asesinado por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, Yermi Santoyo, denunció la detención de su esposa, madre del pequeño, Darielvis Sarabia, tras ser dada de alta del hospital en el que se encontraba.
«Estoy pasando por un dolor tan grande y resulta ser que mi esposa me llama, al mismo momento de estar enterrando a mi hijo, que le dan de alta. Fue detenida por la policía de acá, de Trinidad. Aún no nos dan razón, si es que la están investigando o la tienen presa», expresó Santoyo a medios locales.
Días antes familiares habrían advertido que se sentían preocupados por la integridad de la joven, quien estaba hospitalizada en el centro de salud Sangre Grande, bajo custodia policial.
El hijo de Darielvis falleció luego de que funcionarios trinitenses disparasen a la embarcación donde iba con su mamá y otros 18 migrantes venezolanos, el pasado 5 de febrero. Sarabia es la única testigo del tiroteo que aún permanece en la isla, debido a que el resto los deportaron a Venezuela. Su familia teme que corra con la misma suerte.
Las autoridades trinitenses no han ofrecido explicaciones a los medios. Tampoco hay declaraciones del primer ministro del país caribeño, Keith Rowley, al respecto.
Este 18 de febrero se organizó el funeral del niño en la Iglesia del Nazareno en Arima, ubicada en Trinidad y Tobago. En el servicio estuvo presente el padre, Yermi Santoyo. Lo acompañaron familiares, allegados y periodistas de medios locales.
Durante la segunda semana de febrero, los Santoyo Sarabia indicaron que buscaban obtener los permisos necesarios para permanecer en el país caribeño. Para ello, el hermano y el primo del niño contrataron los servicios de los abogados de CJ Williams Law Company para presentar la solicitud en nombre de la familia.