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María Corina Machado: Haremos que tu dinero valga

Sabado, 09 de diciembre de 2017 a las 08:00 pm
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María Corina Machado | @MariaCorinaYA 

Venezuela va a salir adelante. Para lograrlo, debemos concentrarnos en el bienestar de la gente y erradicar este populismo que da migajas con una mano mientras nos arranca todo con la otra. Eso es la inflación, el más cruel e injusto despojo.

Si hacemos las cosas bien, tu podrás ahorrar en la moneda que más te guste y viajar con tu familia al exterior, cambiar tu carro o tu moto cada 5 años por un modelo mejor, conseguir un préstamo a 30 años y comprarte tu apartamento o montar tu propio negocio… Y todo esto a punta de trabajo honesto, de esfuerzo, de conocimiento y perseverancia.

Vamos a ser una Venezuela con una pujante y creciente clase media, donde el sueldo valga, y un maestro, una peluquera, un policía o un artista pueda surgir con el fruto de su trabajo y tener la seguridad de que sus hijos tendrán aun mejores condiciones para vivir y aspirar siempre más.

Hoy, para poder comprar un carro, un venezolano que gana sueldo mínimo necesita trabajar 555 años. ¿Cómo soñar con comprar una casa? Todos hemos perdido propiedad sobre nuestra capacidad productiva y adquisitiva. Un trabajador de PDVSA que hace 20 años ganaba 1.500$ al mes, hoy, gana menos de 12$. Hace sólo cuatro años, el salario mínimo permitía adquirir la canasta alimentaria; hoy se requieren 16 salarios mínimos para hacerlo.

La inflación devora nuestros ingresos y nos hace a todos más pobres. Las empresas cierran, las multinacionales se van del país, la inversión cae en barrena; el país se descapitaliza, pierde credibilidad y pierde muchísimo talento humano valioso, que emigra buscando una mejor calidad de vida.
La inflación es un fenómeno complejo y multifactorial, que en nuestro caso ha sido consecuencia de: La destrucción del aparato productivo.

Para el régimen, el sector privado es un enemigo y ha hecho todo para exterminarlo. Sin producción nacional, y después de arruinar la industria petrolera que aportaba las divisas para las importaciones, es poco lo que podemos tener a disposición de los ciudadanos, que debemos pagarlo a unos precios inalcanzables. El establecimiento de un control de cambio.

Esto es un gran negocio para unos pocos enchufados que se enriquecieron a costa de la miseria de todos los venezolanos. Esos privilegiados monopolizaron el acceso al dólar preferencial, mientras que el resto del pais terminó adquiriendo sus bienes al tipo de cambio libre. La caída de la producción y de los precios del petróleo hizo imposible sostener el gasto público y evidenció el precario estado de las finanzas del Estado.

La emisión de bolívares sin respaldo. Para cubrir el crónico y creciente déficit fiscal, el régimen simplemente decidió imprimir billetes. Gastaron mucho más de lo que recibían, sin importar el caos fiscal que provocaron. Cuando se incrementa el dinero circulante para comprar la misma (o menor) cantidad de productos y servicios, los precios obviamente suben. Al mismo tiempo, la gente buscó comprar una moneda confiable que conservara su valor en el tiempo: el dólar.

El deterioro del ingreso está totalmente fuera de control. La hiperinflación destruye la capacidad de supervivencia de los venezolanos. El regimen, para imponer su modelo económico errado, destruyó la economía del país. El lavado de la enorme cantidad de dinero que produce la corrupción, el tráfico de droga y el contrabando, también impactan la paridad cambiaria.

¿Cómo salimos de la hiperinflación y avanzamos a la prosperidad? La crisis actual es el resultado del intento de imponer un modelo político que pone en manos del gobierno el control total de la economía, para de esta forma establecer un férreo control social que les asegure la permanencia en el poder. Por lo tanto, el primer paso, fundamental y urgente, es el cambio de régimen.

Una vez en la Transición, haremos todo lo que sea necesario para generar confianza, creando las condiciones y garantías que impulsen y sustenten el crecimiento económico. Ese cambio debe:

• Reducir al mínimo necesario, el tamaño, la intervención y los controles del Estado en la economía; única forma de recuperar la confianza necesaria para la entrada de inversiones locales y extranjeras.

• Privatizar las empresas que están en la manos ineficientes y corruptas del gobierno, asegurando genuina competencia para proveer servicios de calidad.

• Restaurar la libre convertibilidad de la moneda, levantando el control de cambio tan pronto como sea posible.

• Revisar la legislación laboral para reestablecer el flujo sano y competitivo del talento venezolano.

• Incentivar la inversión privada para generar millones de empleos productivos, bien remunerados y fundados en la productividad y la preparación.

• Restaurar y hacer crecer el mercado de capitales.

• Reivindicar la función pública reconociendo y pagando bien el talento y el mérito de los servidores del Estado.

• Incentivar el regreso a su país de los venezolanos que fueron obligados a dejarlo y que tienen la experiencia, la formación y las ganas de reconstruirlo junto a los que estamos aquí.
Venezuela tiene con qué renacer desde las cenizas que provocó intencionalmente el comunismo del siglo XXI, que fracasó. Tenemos el talento, el coraje, el conocimiento, la experiencia y la fuerza para cambiar esta realidad. Hemos esperado demasiado; es la hora de avanzar.

2017-12-10