Irak fue sacudido el sábado por una oleada de estallidos de coches bomba que afectó a devotos islámicos que festejaban el fin del mes sagrado del Ramadán, con resultado de 69 muertos, dijeron las autoridades.
Estos hechos sangrientos ponen de relieve la incapacidad de los funcionarios de gobierno para detener una espiral de violencia que que amenaza con salirse de control.
La violencia ha aumentado en todo Irak desde la cruenta represión que aplicaron en abril las fuerzas gubernamentales contra un campamento de manifestantes suníes; los ataques contra civiles y fuerzas de seguridad se intensificaron durante el Ramadán.
Los ataques causaron temores de que Irak pudiera ser nuevamente escenario de una lucha sectaria generalizada similar a la que puso al país al borde de la guerra civil en el 2006 y el 2007.
El actual derramamiento de sangre también tiene lugar después de que las fuerzas de seguridad se comprometieran a intensificar las acciones para reforzar la seguridad pública durante las celebraciones del Eid al-Fitr, que marca el fin del mes sagrado del Ramadán.
El Ramadán de este año fue el más sangriento desde el 2007, con 671 personas muertas.
"Las ventanas de mi tienda quedaron rotas y humo cubrió la zona", dijo el dueño de una zapatería, Saif Mousa, que sobrevivió a uno de los atentados explosivos que ocurrió cerca de su negocio en Nueva Bagdad.
"Salí del establecimiento y apenas podía ver debido al humo. Al final, tuvimos una terrible jornada que se supone debía ser linda debido al Eid", agregó.
Muchos de los atentados ocurrieron con diferencia de una hora uno de otro, en un indicio de que fueron perpetrados con cierto grado de coordinación.
Ningún grupo se adjudicó las explosiones, aunque la célula de al-Qaida en Irak ataca con frecuencia a civiles y las fuerzas de seguridad.
La policía dijo que el atentado que causó el mayor número de víctimas ocurrió cuando un atacante suicida detonó su vehículo cargado de explosivos en un área residencial en el pueblo de Tuz Khormato. A causa del estallido murieron ocho personas y decenas resultaron heridas, dijo el alcalde Shalal Abdool. El pueblo está a 200 kilómetros (130 millas) al norte de la capital iraquí.
Poco antes del anochecer, un automóvil con explosivos estalló cerca de un mercado al aire libre en el suburbio meridional capitalino de Jisr Diyala, con un saldo de siete muertos y 20 heridos.
Por otra parte, una carga explosiva detonada el sábado cerca de un parque al sur de Bagdad mató a cuatro personas, incluso dos niños, que asistían a los festejos de Eid al-Fitr, indicaron las autoridades iraquíes.
La policía indicó que el atentado perpetrado en la aldea de Zubeidiyah hirió a otras 16 personas, entre ellos mujeres y niños. El ataque ocurrió durante la festividad que marca el fin del Ramadán.
Zubeidiyah se encuentra a unos 40 kilómetros (25 millas) al sur de Bagdad.
Funcionarios médicos confirmaron el número de víctimas causadas por estos y otros ataques. Todos los funcionarios pidieron mantener el anonimato por no estar autorizados a dar información a los medios de prensa. /AP