El venezolano Alex Florez enseña ritmo para transformar vidas

Su entrada al mundo de la enseñanza no fue algo planeado

Lunes, 08 de julio de 2024 a las 11:00 am
El venezolano Alex Florez enseña ritmo para transformar vidas

Con casi tres décadas en la música y un recorrido que lo ha llevado desde los escenarios de artistas internacionales hasta aulas en Venezuela y Colombia, Alex Florez ha construido una carrera donde el arte de enseñar, es tan importante como el arte de tocar. Aunque comenzó como percusionista en agrupaciones y producción de giras de alto calibre —como las de Shakira, Luis Miguel o los Backstreet Boys en la década de los 2000—, su verdadera huella está en su capacidad formadora.

Su entrada al mundo de la enseñanza no fue algo planeado. Según relata, comenzó “de forma inesperada” en 2002, cuando le ofrecieron impartir sus primeras clases en academias locales. La experiencia fue reveladora. Al ver el impacto que podía tener en otros, entendió que la docencia no sería una actividad ocasional, sino una responsabilidad real y una parte esencial de su desarrollo como artista.

Durante su paso por la academia World Music, representante oficial de Yamaha en Venezuela, lideró el Departamento de Percusión, dictó clases y desarrolló contenido pedagógico adaptado a diferentes niveles. Allí consolidó su visión de la enseñanza: más que transmitir técnica, su enfoque es formar músicos conscientes, con criterio, capaces de entender el ritmo no solo como estructura musical, sino como una forma de vivir, pensar y relacionarse.

Para Florez, enseñar ritmo es también enseñar orden, sensibilidad, escucha y toma de decisiones. Esta filosofía lo llevó a crear dos métodos pedagógicos propios. El primero, “Método y Guía Práctica para el Desarrollo Inicial en la Batería”, está dirigido a principiantes y ofrece una base sólida para entender y ejecutar los fundamentos del instrumento de forma progresiva. El segundo, “Guía Práctica Vol. I para el Desarrollo de la Independencia entre Manos”, introduce ejercicios diseñados para mejorar la independencia corporal y mental del músico.

Ambos libros, disponibles en Amazon, surgieron como respuesta directa a las dudas recurrentes de sus alumnos. Como él mismo explica, convertirse en autor no fue un objetivo inicial, sino una consecuencia natural de su experiencia como educador. Después de años de detectar patrones —los mismos vacíos técnicos, las mismas preguntas—, sintió la necesidad de organizar ese conocimiento y ponerlo a disposición de más personas. “No buscaba escribir desde un lugar de autoridad, sino desde la experiencia real de quien ha enseñado, tocado y también aprendido en el proceso”, afirma.

Estos métodos no solo han sido utilizados por él, sino también por colegas como el folklorista colombiano Oscar Hernández y el percusionista venezolano Gerardo Araujo, actualmente radicado en Houston. Ver cómo su trabajo ha sido adoptado en otros espacios educativos refuerza su compromiso de crear materiales útiles y aplicables a la realidad del músico actual.

La enseñanza de Florez también tiene un componente emocional y humano. En sus clases, hablar de golpes y métricas es solo el punto de partida. También se conversa sobre energía, intención, comunicación y confianza. “Tocar un instrumento no es solo ejecutar; es sostener un mensaje con el cuerpo, con la mente y con el corazón”, dice.

Además, su experiencia en escenarios —con agrupaciones como Tecupae, Caibo, Los Pelaos y Kuisitambó— le ha dado una perspectiva realista que transmite a sus alumnos. Les enseña a escuchar activamente, a sostener la concentración en condiciones exigentes y a responder con claridad ante la presión. “No enseño desde la distancia de la teoría, sino desde la vivencia real”, señala. Ese enfoque lo diferencia: su conocimiento está anclado en lo que pasa sobre la tarima, no solo en los libros.

Su formación como ingeniero y su pasión por la tecnología le han permitido integrar herramientas digitales al proceso educativo: software de producción, sistemas de análisis rítmico, edición de audio y video. Gracias a esto, ha podido ofrecer a sus estudiantes recursos dinámicos y actualizados que amplían las posibilidades del aprendizaje musical.

Para Alex Florez, enseñar ha sido un camino transformador. “Me ha hecho más paciente, más claro en mis conceptos, más observador”, reconoce. Cada vez que un estudiante encuentra su voz a través del ritmo o logra entender una idea que parecía lejana, todo cobra sentido. Su enseñanza no se detiene cuando se apagan los micrófonos: también vive en los libros, en los métodos, en los músicos que ha ayudado a formar. Porque enseñar, para él, es dejar una huella, una que, como el ritmo, sigue marcando el paso mucho después del último compás.

Visita nuestra sección Migración

Mantente informado en nuestros canales de WhatsAppTelegram y YouTube

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?

Sabado 06 de Diciembre - 2025
AMÉRICA
Escoge tu edición de 2001online.com favorita
Venezuela
América