Zulay Camacaro | [email protected]
La situación económica del país, la pandemia, la necesidad de producir y contribuir con los gastos en el hogar y gastos personales, fomenta que los jóvenes busquen actividades que les permita obtener un ingreso propio en opinión de algunos expertos.
El sociólogo José Antonio Gil Yépez, socio director de Datanalisis señaló que la crisis aceleró la incorporación más temprana de la gente al trabajo y la hizo más creativa. “Como no hay fuentes de trabajo para colocarse como empleado, se convierten en emprendedores”, dijo.
Comentó que entre los países con más propensión a emprender por cuenta propia está Venezuela. Considera que hay recursos pero los gobiernos ponen muchas trabas para iniciar un negocio formal, por lo tanto las personas tienen muchos empleos informales.
Ese empleo informal los emprendedores lo convierten con el tiempo en formal. “Son gente que probablemente tiene una profesión y va a registrar una compañía anónima, va a llevar una contabilidad y tiene una organización por pequeña que sea”, afirmó.
Aseguró que en Venezuela por décadas los gobiernos frustraron el crecimiento de la empresa privada, de las nóminas, por lo tanto hay que emplearse uno mismo”.
Destacó que la cuarentena para prevenir el COVID-19 incrementó la deserción escolar de los jóvenes para incorporarse al mercado laboral y ayudar en sus casas económicamente.
“Eso ocurre porque la pandemia se está manejando de forma unidireccional, y no se le da respuesta al dilema que en realidad es la pandemia, es decir, la necesidad de evitar la enfermedad”, afirmó.
Gil detalló que la solución no es quedarse en casa, porque el 94% de los venezolanos no tiene ahorros y vive al día. “Toda esa gente debe salir a trabajar y aunque se radicalice la cuarentena, se ven las calles completamente llenas de gente como si nada estuviera pasando”, comentó.
Sostuvo que no puede ser de otra forma, y resalta que la consigna debería ser salir a trabajar pero con todas las precauciones y apoyo de las alcaldías y consejos comunales para que la persona lo haga de la forma más segura posible.
Añadió que “no pueden mandar a las poblaciones pobres a sus casas para que se mueran de hambre. Por eso los jóvenes hoy se incorporan también al trabajo y por otro lado la familia necesita más recursos”.
Recalcó que de haber clases presenciales en este momento “veríamos deserción escolar porque mucha más gente tiene que trabajar para mantenerse debido a que la cuarentena los hace más improductivos y presenta menos oportunidades para vender un producto o servicio que en situaciones normales”.
Enfatizó que el problema de la necesidad de incorporarse al trabajo se debe al empobrecimiento del país, la caída del PIB y la inflación. ”La deserción escolar se verá cuando regresemos a clases”.
Destacó que en medio de la pandemia y “dependiendo del nivel de instrucción que tengan, los jóvenes pueden optar por algunos trabajos interesantes como dar clases de manejo de redes sociales o llevarlas porque saben de eso”.
Los jóvenes menos avanzados tendrán que hacer oficios sencillos como llevar cosas. Resaltó que el bachillerato tiene una formación más académica que de oficio, “debe estar más enfocado hacia el aprendizaje de un oficio, que le asegure una profesionalización en un oficio concreto”.
Entre los empleos o emprendimientos más frecuentes están niñas que cuidan otros niños o bebés cuando los padres salen, hacen y venden artesanías, manualidades, prendas de vestir, cachuchas, trajes de baño; todo eso lo venden por redes sociales a vecinos y amigos.
Nuevos empleos. En la actualidad y por la cuarentena por COVID-19 muchos jóvenes iniciaron una actividad laboral para contribuir económicamente en sus casas, costear sus estudios universitarios, entre otras motivaciones.
Algunos jóvenes comenzaron a trabajar con servicios delivery, elaboración y venta de postres por las redes sociales.
Yadira Rodríguez indicó que su hija de 16 años hace dulces y galletas para la venta. “Compró los ingredientes hace días y empezó con su emprendimiento, abrió una cuenta en instagram con logo y todo. Le ofrece lo dulces a sus amigos y compañeros el colegio”.
Comentó que su hija lo hace para sus gastos personales, “quiere ponerse un piercing y para comprarse otras cosas. Tiene mucha visión de negocio, vende cualquier cosa en el colegio”. Comenta que incluso “hizo un presupuesto detallado de los ingredientes que necesitaba, las ganancias que obtendrá, y yo le presté el capital $30, que luego me devolverá”.
Sofía Páez es una joven de 20 años, estudiante de Arte que restaura libros y cuadernos. “Con los ingresos que obtengo ayudo a mi familia y por supuesto me sirve para mis gastos personales y lo que necesite para la universidad. Tengo mi cuenta en instagram @books.and.bugs”.
Alicia Contreras relató que trabaja desde los ocho años en la tienda de víveres de su papá. “Desde chiquita me llevaba al negocio porque no tenían con quien dejarme y aprendí a pesar los productos y a manejar el negocio”.
Añadió que “hoy en día no solo superviso los locales de mi papá, abrí mi propio negocio y con mis ingresos me pagué mi carrera universitaria”.
Libany Daniels trabaja en un medio de comunicación y vende brownies para recaudar dinero para una cirugía que debe hacerse. “Después que lo logre seguiré con la venta”.
César Hernández es el encargado en la charcutería de su padre, trabaja en el local desde hace dos años, actualmente tiene 17 años. “A los 15 años empecé a trabajar para ayudar a mis padres en el negocio y me permite contribuir con la casa”.
2020-09-03
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La situación económica del país, la pandemia, la necesidad de producir y contribuir con los gastos en el hogar y gastos personales, fomenta que los jóvenes busquen actividades que les permita obtener un ingreso propio en opinión de algunos expertos.
El sociólogo José Antonio Gil Yépez, socio director de Datanalisis señaló que la crisis aceleró la incorporación más temprana de la gente al trabajo y la hizo más creativa. “Como no hay fuentes de trabajo para colocarse como empleado, se convierten en emprendedores”, dijo.
Comentó que entre los países con más propensión a emprender por cuenta propia está Venezuela. Considera que hay recursos pero los gobiernos ponen muchas trabas para iniciar un negocio formal, por lo tanto las personas tienen muchos empleos informales.
Ese empleo informal los emprendedores lo convierten con el tiempo en formal. “Son gente que probablemente tiene una profesión y va a registrar una compañía anónima, va a llevar una contabilidad y tiene una organización por pequeña que sea”, afirmó.
Aseguró que en Venezuela por décadas los gobiernos frustraron el crecimiento de la empresa privada, de las nóminas, por lo tanto hay que emplearse uno mismo”.
Destacó que la cuarentena para prevenir el COVID-19 incrementó la deserción escolar de los jóvenes para incorporarse al mercado laboral y ayudar en sus casas económicamente.
“Eso ocurre porque la pandemia se está manejando de forma unidireccional, y no se le da respuesta al dilema que en realidad es la pandemia, es decir, la necesidad de evitar la enfermedad”, afirmó.
Gil detalló que la solución no es quedarse en casa, porque el 94% de los venezolanos no tiene ahorros y vive al día. “Toda esa gente debe salir a trabajar y aunque se radicalice la cuarentena, se ven las calles completamente llenas de gente como si nada estuviera pasando”.
Sostuvo que no puede ser de otra forma, y resalta que la consigna debería ser salir a trabajar pero con todas las precauciones y apoyo de las alcaldías y consejos comunales para que la persona lo haga de la forma más segura posible.
Añadió que “no pueden mandar a las poblaciones pobres a sus casas para que se mueran de hambre. Por eso los jóvenes hoy se incorporan también al trabajo y por otro lado la familia necesita más recursos”.
Recalcó que de haber clases presenciales en este momento “veríamos deserción escolar porque mucha más gente tiene que trabajar para mantenerse debido a que la cuarentena los hace más improductivos y presenta menos oportunidades para vender un producto o servicio que en situaciones normales”.
Enfatizó que el problema de la necesidad de incorporarse al trabajo se debe al empobrecimiento del país, la caída del PIB y la inflación. ”La deserción escolar se verá cuando regresemos a clases”.
Destacó que en medio de la pandemia y “dependiendo del nivel de instrucción que tengan, los jóvenes pueden optar por algunos trabajos interesantes como dar clases de manejo de redes sociales o llevarlas porque saben de eso”.
Los jóvenes menos avanzados tendrán que hacer oficios sencillos como llevar cosas. Resaltó que el bachillerato tiene una formación más académica que de oficio, “debe estar más enfocado hacia el aprendizaje de un oficio, que le asegure una profesionalización en un oficio concreto”.
Entre los empleos o emprendimientos más frecuentes están niñas que cuidan otros niños o bebés cuando los padres salen, hacen y venden artesanías, manualidades, prendas de vestir, cachuchas, trajes de baño; todo eso lo venden por redes sociales a vecinos y amigos.
Nuevos empleos. En la actualidad y por la cuarentena por COVID-19 muchos jóvenes iniciaron una actividad laboral para contribuir económicamente en sus casas, costear sus estudios universitarios, entre otras motivaciones.
Algunos jóvenes comenzaron a trabajar con servicios delivery, elaboración y venta de postres por las redes sociales.
Yadira Rodríguez indicó que su hija de 16 años hace dulces y galletas para la venta. “Compró los ingredientes hace días y empezó con su emprendimiento, abrió una cuenta en instagram con logo y todo. Le ofrece lo dulces a sus amigos y compañeros el colegio”.
Comentó que su hija lo hace para sus gastos personales, “quiere ponerse un piercing y para comprarse otras cosas. Tiene mucha visión de negocio, vende cualquier cosa en el colegio”. Comenta que incluso “hizo un presupuesto detallado de los ingredientes que necesitaba, las ganancias que obtendrá, y yo le presté el capital $30, que luego me devolverá”.
Sofía Páez es una joven de 20 años, estudiante de Arte que restaura libros y cuadernos. “Con los ingresos que obtengo ayudo a mi familia y por supuesto me sirve para mis gastos personales y lo que necesite para la universidad. Tengo mi cuenta en instagram @books.and.bugs”.
Alicia Contreras relató que trabaja desde los ocho años en la tienda de víveres de su papá. “Desde chiquita me llevaba al negocio porque no tenían con quien dejarme y aprendí a pesar los productos y a manejar el negocio”.
Añadió que “hoy en día no solo superviso los locales de mi papá, abrí mi propio negocio y con mis ingresos me pagué mi carrera universitaria”.
Libany Daniels trabaja en un medio de comunicación y vende brownies para recaudar dinero para una cirugía que debe hacerse. “Después que lo logre seguiré con la venta”.
César Hernández es el encargado en la charcutería de su padre, trabaja en el local desde hace dos años, actualmente tiene 17 años. “A los 15 años empecé a trabajar para ayudar a mis padres en el negocio y me permite contribuir con la casa”.