Domingo 24 de Noviembre - 2024
VENEZUELA
Escoge tu edición de 2001online.com favorita
Venezuela
América

Durante la cola se mata el tiempo como sea

Sabado, 23 de mayo de 2015 a las 07:30 pm
Suscríbete a nuestros canales

Armando Altuve/ [email protected]

Para los venezolanos la espera en una cola para comprar o para avanzar en medio de caos vehicular no necesariamente es tiempo perdido, pues la mayoría de ellos recurre a cualquier actividad para relajarse y reducir la tensión que supone el pasar horas para cumplir con los quehaceres diarios.

Desde leer algún periódico hasta conversar sobre la situación del país, son algunas de las alternativas que el ciudadano hace solo por “matar el tiempo” mientras se espera.

En un supermercado, ubicado en El Paraíso, hay una fila con personas para entrar al establecimiento.

Entre ellas está Nakary Ríos, quien asegura que mientras se encuentra esperando en la cola nunca le falta la compañía de un cigarrillo y, para calmar el calor, un té bien frío.

“Por lo general, paso dos horas aquí y en ese tiempo también converso con la gente, con la persona que tengo al lado. Solemos hablar sobre la situación del país y ponernos de acuerdo para hacer un trueque de productos”, asegura Ríos.

Tras la situación de desabastecimiento de productos, cerca del 65% de los venezolanos que hacen cola en diferentes cadenas de supermercados privadas o farmacias son revendedores, pero quienes hacen cola, las hacen hasta por 5 horas diarias, según Datanálisis.

María D’ Almeida se encontraba de compra, y mientras hace la fila, comenta que durante la espera lo que hace es respirar profundo, “calmarse, porque no queda de otra”, agrega.

El presidente de la Sociedad Venezolana de Psicología de la Salud, Gilberto Aldana, dice que las personas se angustian cuando deben esperar mucho para cumplir un compromiso o una diligencia y recomienda a los ciudadanos a recurrir a actividades que lo mantengan entretenidos mientras esperan, como leer un libro o la prensa y escuchar música.

Algunas personas como Samuel Durán, quien si bien acepta que le impacienta hacer cola, cada vez que se mete a una fila, no duda en colocarse sus auriculares y escuchar vallenato al mejor estilo del cantante colombiano, Jorge Celedón. “También escucho salsa, merengue. No es bueno estresarse”, dice.

Quienes no aguantan mucho dentro de la cola, le piden a la persona que está delante que “le guarde el puesto” para dar una vuelta. “Me salgo un momento a caminar por ahí mientras avanza la cola”, dice Nelson Mendoza, quien por lo general cuando está fatigado por la espera también decide tomar su teléfono para chatear con sus amigos o jugar Candy Crush.

Closier Isaías, que afirma que pasa hasta 3 horas en cola, dice que si consigue algún lugar para sentarse, lohace, aunque eso después le genere discusiones con otras personas en la fila. “Yo me siento un rato y le digo a mi sobrina que siga en la cola. Cuando me levanto, voy hacia donde ella está y la gente piensa que me le estoy coleando”.

Lea más en su Diairo 2001