El síndrome de Savant, también conocido como «síndrome del sabio», es una condición orgánica. Consiste en una alteración de los hemisferios cerebrales. De este modo, los Savant desarrollan habilidades mentales extraordinarias que algunos podrían llamar «superpoderes».
En general, este síndrome viene de nacimiento. Las personas afectadas nacen con un funcionamiento cerebral atípico. Para ser más exactos, las estructuras afectadas son los hemisféricos cerebrales. En el hemisferio derecho suele presentarse una actividad exacerbada, mientras que en el izquierdo el funcionamiento es pobre.
El primero en dar una descripción de esta patología fue el médico Benjamin Rush. En los últimos años del siglo XVIII, Rush atendía un caso bastante particular, que llamaría su atención; un hombre con una habilidad de cálculo sobrehumana. Desde aquel momento han sido muchos los casos descritos.
Historia del síndrome del sabio
A lo largo de la historia han sido descritos múltiples casos del síndrome de Savant. Incluso, algunas personas con estas habilidades especiales han inspirado personajes famosos en películas taquilleras de Hollywood. Vamos a revisar un listado con algunos de los casos más populares.
1. El caso de Kim Peek
Sin lugar a dudas, este es el caso más famoso. Kim Peek fue la persona que inspiró la creación de Raymond Babbitt, el famoso personaje interpretado por el actor Dustin Hoffman. Peek era capaz de recordar textualmente cada página de los muchos libros que había leído. Además, podía leer en simultáneo dos páginas diferentes.
La memoria de Kim Peek parecía no tener límites. No solo memorizaba las páginas de los libros, sino que también las rutas en cualquier mapa que tuviera enfrente. Asimismo, pudo conocer todas las calles y carreteras de los Estados Unidos, como si fuese un GPS.
A pesar de su memoria privilegiada, lo que más impresionaba a los investigadores eran las limitaciones que mostraba Kim Peek. Por ejemplo, el paciente era incapaz de vestirse por sí solo o de tener una conversación fluida con otras personas.
2. Daniel Tammet
El caso del británico Daniel Tammet es otro de los más conocidos. La principal hazaña de Tammet es haber recitado de memoria los 22 514 dígitos que conforman el número Pi. De esta manera, y con apenas 25 años de edad, consiguió notoriedad mundial en el año 2004.
3. Orlando Serrell
Serrell es conocido por recordar todos los cambios climáticos desde el día en que una pelota de béisbol lo golpeara directamente en la cabeza. En este sentido, se le cataloga como un «sabio adquirido».
Signos del síndrome de Savant
Ante todo debemos saber reconocer los dos signos fundamentales del síndrome del sabio. El primero de ellos, sin duda, es la capacidad mental subdesarrollada. Se puede observar mediante sus demostraciones extraordinarias para el cálculo u otra actividad similar.
Por otra parte, tenemos que las personas con este síndrome presentan limitaciones motrices evidentes. En concreto, en lo que a la motricidad gruesa se refiere. Por ejemplo actividades como vestirse por sí solos, caminar o modular el habla. Ahora veremos un listado con otros signos que se deben tener en cuenta:
- Matemáticas. Los cálculos matemáticos son una de las habilidades mentales que se potencian en el síndrome de Savant. Esta capacidad para realizar operaciones complejas en la mente no solo es llamativa, sino que también resulta bastante útil.
- Cerebro calendario. Otra de las características más asombrosas de este síndrome es la capacidad para memorizar y recordar fechas exactas. También pueden relatar todos los eventos que tuvieron lugar en alguna fecha específica, con lujo de detalles precisos.
- Habilidades artísticas. Resulta lógico pensar que dentro de la gama de expresiones artísticas, las personas con síndrome de Savant sobresalen. Efectivamente, pueden convertirse en grandes artistas. Por ejemplo, en la música, la pintura y las artes plásticas alcanzan un nivel de ejecución sobrehumano.
- Cálculo espacial. Este signo se evidencia cuando la persona es capaz de calcular grandes distancias con una precisión inequívoca y sin la necesidad de utilizar algún instrumento de medición.
¿Por qué ocurre este síndrome?
Como hemos mencionado anteriormente la causa principal es orgánica y se debe específicamente a una desproporción en la funcionalidad de los hemisferios cerebrales. En todo caso, las circunstancias que provocan el funcionamiento atípico en las estructuras cerebrales pueden ser diversas.
Por ejemplo, en el caso de Kim Peek el origen del síndrome de Savant estaba en una macrocefalia (bebés nacidos con el cráneo más grande de lo normal). Dicha condición era comórbida con una agenesia del cuerpo calloso, ocasionando que sus hemisferios cerebrales no se conectaran.
¿Qué tan común es?
El síndrome de Savant es más frecuente en personas que se encuentran dentro del espectro autista. Sin embargo, no todos los pacientes con dicha condición lo presentan. En resumen, se trata de una enfermedad poco común. La razón es que no es frecuente que los hemisferios cerebrales se encuentren incomunicados y puedan desarrollarse de manera individual.
También existen casos de tipo adquirido. Ocurre luego de sufrir algún accidente, cuando los pacientes presentan un traumatismo craneoencefálico que termina siendo la causa. Cabe destacar que esta circunstancia es aún más infrecuente que los casos de nacimiento.
¿Siempre es algo positivo?
Podríamos llegar a pensar que las habilidades que otorga el síndrome expuesto son siempre positivas. Ahora bien, debemos tener en cuenta que los excesos implican algún conflicto. En estos casos, los pacientes dependen en gran medida de sus cuidadores para desenvolverse en la vida cotidiana.
Lo ideal es entender que se trata de una patología. Si bien es cierto que las extraordinarias habilidades mentales se asemejan a las de personajes de ficción, nada tienen que ver con superpoderes. En todo caso, la memoria y el cálculo son habilidades humanas. Pero cuando funcionan por encima del promedio resultan asombrosas.
La proyección de vida que tienen las personas con alguna condición relacionada al síndrome de Savant es bastante particular. Aunque por su condición de sabios parece sencillo ganarse la vida, la realidad es que son contados los trabajos donde pueden ser funcionales.
A menudo, se les puede ver en trabajos relacionados al arte, dado que pueden contar con el apoyo de sus cuidadores para cualquier gestión necesaria. De hecho, algunos de los casos mencionados se han dedicado a dar exhibiciones de sus habilidades.
Rangos y espectros del síndrome del sabio
Al igual que ocurre con el autismo, en el síndrome del sabio también existen diferentes rangos. Se puede considerar un rango leve cuando las personas son funcionales en la vida cotidiana. En estos casos, las habilidades mentales no son tan asombrosas, a pesar de estar por encima de la media.
Si apelamos a un ejemplo de Savant leve, podemos nombrar al suizo Gottfried Mind. Este personaje fue sobresaliente a causa de su gran talento para dibujar gatos. Lo que se conoce de Mind es que desde pequeño se valía por su cuenta y gracias a su habilidad fue bautizado como el «Rafael de los gatos».
¿Existen tratamientos para este síndrome?
No existe cura para el síndrome de Savant. Sin embargo, las terapias psicológicas enfocadas en el entrenamiento de habilidades sociales resultan efectivas. El tratamiento debe buscar que los pacientes sean capaces de integrarse en la sociedad con las menores limitaciones posibles.
En este marco se busca que las personas sean capaces de iniciar y mantener conversaciones. Por ello, enfatiza en aspectos como presentarse a uno mismo, mantener la escucha, hacer preguntas, ser empático, además de agradecer y saber hacer cumplidos.
Agencias
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