Andrómeda es, desde su nombre, una de las galaxias más emblemáticas del universo, valor de asombro y sorpresa aumenta gracias a las nuevas tecnologías al servicio de la exploración cósmica.
Como ejemplo, esta imagen recientemente obtenida por el Observatorio Espacial Herschel, un proyecto de la Agencia Espacial Europea en colaboración con la NASA, el cual cuenta con el lente más grande fabricado para un telescopio, entre otros instrumentos no menos impresionantes y sofisticados, gracias a los cuales es posible, según la descripción de la AEE, “recolectar radiación de longitud de onda larga de algunos de los objetos más distantes y fríos del universo”.
Así, en este retrato de Andrómeda es posible distinguir, en rojo, sus regiones más frías en las que el polvo cósmico está mezclado con gas, en donde las temperaturas son de 10 grados menos que el cero absoluto, esto es, aproximadamente −283 °C. Sorprendentemente, es en estas zonas donde se ocurre el nacimiento de estrellas. Por otro lado, las tonalidades azules del centro denotan tanto temperaturas altas como la presencia de estrellas más viejas.
La población estelar de Andrómeda se estima en más de un millón de billones de estrellas; en comparación, la Vía Láctea tiene apenas cientos de mil millones. Por ser nuestra vecina galáctica más cercana, los astrónomos la consideran un “laboratorio” idóneo para observar el proceso de nacimiento y muerte de las estrellas.