Un espejo se empaña porque el vidrio tiene una capacidad calorífica específica mucho más alta que el aire: en otras palabras, el agua caliente de la ducha calienta el aire que le rodea más rápido que el vidrio del espejo.
Cuando el vapor de agua de la ducha llega al vidrio, se enfría y se condensa.
Pero la tensión de la superficie del agua hace que se formen gotas diminutas que crean miles de lentes, los cuales refractan la luz y lo que se ve es un borrón gris homogéneo.
Si le echa aire caliente con un secador de pelo al espejo, el agua se evaporará y el vidrio se calentará evitando que se forme más condensación.
También puede evitar que el espejo se empañe frotando espuma de afeitar en el vidrio y brillándolo un poco, pero sin enjuagarlo. Eso deja una fina película de detergente que interfiere con la tensión de la superficie del agua de las gotas. Así, la condensación se forma como una película continua en vez de gotas, lo que impide que se empañe el espejo por una semana o más. /BBC MUNDO
Sábado, 10/08/2013