Game of Thrones es una de las series más exitosas de los últimos años, un producto televisivo que se ha ganado una audiencia que con facilidad puede contarse por millones en varios países del mundo. Una singular mezcla de fantasía y política que, quién sabe si inesperadamente para los involucrados en el proyecto, se tradujo en un éxito mediático arrollador.
Como en todo producto cultural, Game of Thrones es una síntesis de otras manifestaciones. De la nada, nada, reza la frase latina, y George R.R. Martin, el autor de A Song of Ice and Fire, la saga en la cual está basada la serie, ha revelado en varias ocasiones las fuentes de las cuales abrevó para crear su atractivo universo, los personajes que han despertado la simpatía y la antipatía de lectores y espectadores y, en general, esa trama que mantiene en vilo a los seguidores de la serie.
A continuación compartimos 10 de estas influencias, cuya combinación podría explicar la tremenda popularidad de Game of Thrones. A fin de cuentas un best-seller se convierte en tal cuando logra conectar con signficantes que millones de personas tienen ya a causa de los muchos mecanismos de programación cultural de la sociedad contemporánea.
1. El muro de Adriano
Luego de que las tropas romanas conquistaran la Gran Bretaña se inició la construcción de un par de murallas de defensa en el centro de la isla, una en la frontera norte y otra en la sur, protegiendo los asentamientos romanos contra la salvaje Escocia. La primera fue construida durante el gobierno del emperador Antonino Pío y la segunda bajo el imperio de Adriano. Según declaración de Martin, visitar el Muro de Adriano le sirvió de inspiración para el Muro del Norte de sus novelas.
2. El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien
Uno de los clásicos de la literatura fantástica moderna, El señor de los anillos de J. R. R. Tolkien causó honda impresión en Martin, quien comenzó a escribir su A Song of Ice and Fire a la sombra del sudafricano. Las “comunidades” que se rompen, los amigos que se separan (pero a lo largo del relato se mantiene la esperanza de que volverán a reunirse) y, en especial, el uso moderado de magia, sutil, fueron los elementos más visibles que Martin tomó de Tolkien.
3. Las convenciones de la escritura televisiva
Por varios años George R.R. Martin trabajó como guionista de televisión, lo cual, entre otras cosas, le ayudó a desarrollar cierto sentido dramático que después aplicaría en sus novelas. En especial destaca la obligación del “corte”, ese feeling para interrumpir una narración pero de modo tal que el espectador se quede enganchado. Sí con un recurso fácil (aunque efectivo) como una muerte brutal, pero también con algo más lindante con el suspenso como un revelación decisiva y súbita, una confesión inesperada o algo similar.
4. La Guerra de las Rosas
Entre 1455 y 1485 el trono de Inglaterra se debatió entre los Lancaster y los York, dos ramas de la familia real de los Plantagenet que reclamaban su derecho a la corona. El nombre del conflicto se origina en la heráldica de las casas, cuyos escudos de familia son en ambos casos una rosa: banca para los York, roja para los Lancaster. El conflicto, que también aparece en algunos dramas históricos de Shakespeare, tiene personajes y episodios emblemáticos que según algunos encuentran reflejo en la ficción de Martin.
5. Añoranzas y pesares, de Tad Williams
Añoranzas y pesares es el título con que se conoce en español Memory, Sorrow, and Thorn, novela en tres partes del estadounidense Tad Williams, también perteneciente al género fantástico. En esta saga también hay jinetes guerreros de inspiración mongólica, monstruos boreales, lobos como mascotas y un niño a quien le gusta escalar edificios. Martin mismo ha aceptado que leer los relatos de Williams lo motivó a escribir los suyos propios.
6. Ficción histórica
La Historia contada de manera ficticia es uno de los géneros literarios más estimulantes que existen, pues al contar un hecho imaginario o fantástico con los recursos narrativos de lo que sucedió efectivamente, nos invita a dudar de nuestra propia realidad, a considerarla como un relato que puede contarse como nosotros lo queramos. En este sentido, autores como Bernard Cornwell, Thomas B. Costain, Frank Yerby, Sharon Kay Penman y Philippa Gregory, ejercieron profunda influencia en Martin.
7. Los clásicos de la ciencia ficción y la fantasía
“Un elfo y un alien podrían cumplir en cierto sentido la misma función, como tropo literario”, declaró alguna vez Martin, a propósito de la deuda que su obra tiene hacia los clásicos de la literatura fantástica y también de la ciencia ficción, cuya lectura se remonta a su infancia. Robert E. Howard, J.R.R. Tolkien, Robert A. Heinlein, Eric Frank Russell y Andre Norton se cuentan entre los autores de sus primeras incursiones en estos géneros, entre los cuales se movía “con bastante libertad”.
8. Prácticas históricas de sexualidad y matrimonio
Los matrimonios arreglados, el incesto, la violación, la entrega de jóvenes en pubertad incipiente a hombres maduros y otras prácticas que hoy nos parecen más o menos extrañas, eran habituales en la Europa medieval, particularmente entre las familias nobles que por medio de estas conservaban tanto como fuera posible el poder y la riqueza de sus casas.
9. Religiones del mundo
Las religiones en el universo de A Song of Ice and Fire encuentran resonancia, por un lado, con los atributos de la Divinidad que se asignan al Dios cristiano, así como al llamado “Misterio de la Trinidad” que pertenece al catolicismo: un solo Dios pero integrado por tres personas distintas, un solo Dios pero con distintos atributos. Por otro lado, elementos del paganismo de la antigüedad y del medioevo, como la doctrina persa del Zoroastrismo (y la oposición entre Ahura Mazda, dios de la luz, y Ahriman, señor de las sombras) y la religión de los cátaros (y su obsesión por la pureza), también se encuentran entre las fuentes de las religiones imaginadas por Martin.
10. Masacres reales
La Edad Media, europea por definición, fue un periodo dominado por la brutalidad, en casi todos los sentidos y aspectos de la vida cotidiana. La historia escocesa, por ejemplo, consigna la “Cena Negra” y la “Masacre de Glencoe”. En la primera, ocurrida en 1440, el rey de Escocia prometió a William Douglas, 6° conde de Douglas, y su hermano, un salvoconducto para pasar por sus tierras, esto a pesar de que mantenía una guerra contra el clan del conde. Cuando ambos llegaron a Edimburgo, el rey les ofreció un festín en el cual, ya cerca del final, el rey presentó de pronto la cabeza cercenada de un toro negro (o de un jabalí, según otras versiones del relato), símbolo de muerte. Los hermanos enfrentaron un juicio escenificado antes de ser ejecutados. Por otro lado, en la Masacre de Glencoe, de 1692, 38 miembros del clan MacDonald of Glencoe fueron asesinados luego de haber sido recibidos con aparente amabilidad por parte de las huestes de John Graham de Claverhouse./PijamaSurf
Jueves 20/06/2013