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Es el Día del Padre y en este día celebramos a unos, recordamos a otros y hasta nos sorprendemos con las historias de algunos hombres cuyo legado más presente parecen más sus proezas sexuales que las hazañas en otros ámbitos de la vida.
Toca hablar entonces de Abdul Násir Mulay Ismaíl as-Samin ben Sharif, o simplemente Sultán Mulay Ismaíl, quien gobernó Marruecos desde 1672 hasta su muerte en 1727.
Como soberano la historia recoge que impuso un régimen brutal y represivo para contener las luchas tribales. Logró extender sus dominios por buena parte de lo que hoy es Argelia y Mauritania, le quitó los puertos la Mamora y Larache a España en el norte de África y Tánger a los británicos, apoyó a los piratas que hacían de las suyas en el Mediterráneo para obtener esclavos cristianos que se convirtieron en mano de obra de sus descomunales construcciones o en fuente de recursos para sus rescates.
Sin embargo, hay una parte de su vida que fascina a muchos. Y es que no pocos investigadores sostienen que fue un padre prolífico, demasiado fecundo diría la mayoría.
Se dice que tuvo 867 hijos, 525 varones y 342 hembras, pues siempre contó con un muy bien nutrido harem.
Expertos apuntan que el sultán tuvo que haber mantenido unas cinco relaciones sexuales al día durante cuarenta años para alcanzar este número, además de diversos partos múltiples, como mellizos, trillizos y hasta cuatrillizos.
¿Qué tal habrán sido esas reuniones del Día del Padre? Bueno, en aquella época, entre los siglos XVII y XVIII no existía esa tradición, pero sin duda que los encuentros “familiares” requerirían casi de un anfiteatro.
Lo que sí parece ser cierto es que esa extensa prole se “cayó a piña” por la disputa del trono del semental a su muerte. Nada que no fuese previsible.
2020-06-21
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