Redacción 2001
Una manada de perros callejeros asistió al funeral de Margarita Suárez, una mexicana que los alimentó durante muchos años. La señora salía cada mañana y le daba de comer a perros que se conseguía por el camino. Su casa se terminó convirtiendo en un hogar para perros.
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Cuando Margarita muere, los perros que alimentaba todos los días estuvieron a su lado. La hija de la mujer dijo “En nuestro gran dolor, nos trajeron un poco de alegría. Fue bellísimo. Ver la lealtad de estos caninos, puede enseñarnos que siempre que haces el bien la vida te recompensa”.
2015-09-08