BBC
La vasectomía es una opción más segura y más barata que procedimientos femeninos como la ligadura de trompas, pero sólo hay unos pocos países en el mundo donde más hombres que mujeres se someten a operaciones de esterilización para evitar tener más hijos.
Varios estudios han sugerido que una de las principales razones detrás de la renuencia de los hombres a someterse a una vasectomía es el miedo de convertirse en impotentes como consecuencia de la operación.
Los expertos dicen, sin embargo, que no hay absolutamente ninguna relación entre el procedimiento y la impotencia.
"Podemos quedarnos tranquilos: no hay ningún efecto sobre la eyaculación y la erección", explica Stephen Searle, del Servicio Nacional de Salud británico.
"Todavía hay producción de semen con la eyaculación. Todo lo que estamos haciendo es detener el esperma procedente de los testículos. Así que los hombres no deberían notar ninguna diferencia con la eyaculación o los sentimientos que vienen con él".
En Ghana y Tanzania, las campañas en favor de la vasectomía patrocinadas por el gobierno han demostrado que el número de hombres voluntarios para la operación creció rápidamente tan pronto como se abordaron los problemas de información.
La comparación de los datos de Naciones Unidas entre países desarrollados y en desarrollo también parece sugerir que los conceptos erróneos juegan un papel importante.
El Informe Mundial de la ONU sobre Anticonceptivos de 2013 afirma que, si bien en las naciones desarrolladas todavía se realizan mas tubectomías que vasectomías, los porcentajes se aproximan más. En cambio, la brecha abre en los países en desarrollo.
En América Latina prevalece la ligadura de trompas sobre la vasectomía, con un 23,3% en contraste con un 3,1%.
En Colombia, por ejemplo, el porcentaje de procedimientos de esterilización en hombres sólo alcanza un 3,1% en comparación con el 23,3% en las mujeres.
Según un informe de 2002 sobre esterilización anticonceptiva elaborado por la organización británica dedicada a la salud de las mujeres Engender, el proceso de toma de decisiones en materia de métodos anticconceptivos se ve profundamente afectado por las relaciones culturales, religiosas y de género.
La investigación llevada a cabo en Kenia por un equipo dirigido por el especialista Jane Bertrand indicó que los hombres conocían la vasectomía, pero no la considerarían porque sentían que el control de la natalidad era responsabilidad de la mujer.
El estudio también sugiere que algunos varones musulmanes se oponían a la esterilización masculina porque la tradición les permitía divorciarse, volver a casarse y tener más de una esposa. Y una vasectomía hubiera sido un impedimento para tener hijos con sus nuevas parejas.