La fidelidad de los perros está más que demostrada. Quieren a sus dueños con locura y son capaces de hacer cualquier cosa por ellos. Por eso, cuando este simpático perro vio a su dueña vestida de novia, armó la de San Quintín. El can, que de tonto no tiene un pelo, sabe perfectamente aquello de “te casaste, la embarraste” y quería evitar que la muchacha cometiera el error de su vida.
Las estadísticas dan la razón, por mucho que la crisis haya rebajado levemente la disparada curva de perspectiva de divorcio. Ahora, por cada tres matrimonios, hay dos divorcios, lo que significa que el 67% de los nuevos casados están condenados a separarse.
Así las cosas, espero que la muchacha del vídeo, tan radiante, tan blanca, tan momentáneamente feliz el día que se grabaron estas imágenes, tenga mejor suerte de la que los datos le auguran. Y que su perro esté equivocado.
PS. Algunos dirán que la reacción del perro es de alegría por ver a su dueña así de feliz, pero muchos sabemos que la verdad no es esa.
Lunes 03 / 05 / 2013