Ronnie Coleman, ocho veces ganador del prestigioso título de Mr. Olympia, es una leyenda del fisicoculturismo. Sin embargo, a sus 60 años, Coleman enfrenta las consecuencias de su dedicación a esta disciplina, especialmente en sus piernas, que una vez fueron símbolo de su imponente figura. Aunque su historia es una de perseverancia y grandeza, también es un recordatorio de los costos físicos de años de competencia al más alto nivel.
La imagen de Coleman hoy es muy distinta a la que exhibía durante su época dorada. Sus problemas de espalda afectan significativamente su movilidad, obligándolo a depender de una silla de ruedas.
Consecuencias de su dedicación al fisicoculturismo
El impacto del fisicoculturismo en el cuerpo humano es innegable. Años de levantamientos pesados dejan su marca en las articulaciones, como las rodillas y la columna vertebral. Ronnie Coleman no es ajeno a estas consecuencias. A lo largo de los años, ha sido sometido a múltiples operaciones, especialmente en su espalda, lo que ha dejado sus piernas sin la musculatura y definición que las caracterizaban a principios del 2000.
La potencia de las piernas de Coleman durante sus mejores años era evidente, incluso aún sorprende un famoso video suyo de un entrenamiento en 2003. En el material audiovisual, llevaba a cabo sentadillas con 800 libras, seguido por prensas de piernas con un impresionante peso de 1000 kilos.
El legendario culturista, pasó por el quirófano en más de 15 ocasiones debido a los problemas que derivaron de su estilo de vida enfocado en el desarrollo muscular extremo. Incluso reconoció en 2018 dependía de medicamentos para el dolor.
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