Un derroche de música, danza, grupos folclóricos, disfraces típicos y alegría elevada a su máxima expresión caracterizaron el desfile de la Gran Parada de Tradición, durante el segundo día del Carnaval de Barranquilla, en el norte de Colombia.
Más de trescientos grupos musicales y comparsas de tradición desfilaron por el denominado ‘cumbiodromo’ de la capital del Atlántico en un trayecto de más de cuatro kilómetros que reúne a miles de barranquilleros y turistas.
La reina del carnaval, Daniela Cepeda Tarud, confesó a Efe que ser la representante de todo el sentir del pueblo barranquillero es "lo máximo" y destacó que ante todo, su compromiso consiste en ser la representante de la cultura barranquillera y carnavalera de Colombia.
"El Carnaval de Barranquilla fue declarado por la Unesco hace diez años como patrimonio del mundo entero por su riqueza cultural y por su variedad de danzas y personajes que solamente encontramos aquí", agregó.
Las comparsas desfilan y muestran en sus bailes toda la tradición del carnaval cuyo origen a pesar de perderse en la historia, pues la fecha del primer festejo no se tiene clara, se sabe que se remonta a las fiestas carnestolendas europeas que llegaron de la mano de los colonizadores iberos.
El carnaval tiene antecedentes próximos en una celebración que se hacía en Cartagena de Indias en la colonia denominada fiesta de esclavos, en la que se le permitía durante un día a los negros bozales traídos de África, festejar por las calles con instrumentos típicos y atuendos especiales.
Las danzas del Carnaval de Barranquilla lo hacen un evento pluricultural, diverso y rico en expresiones ancestrales que revelan el sentimiento de todos los pueblos del Caribe colombiano.
Las danzas de relación se representan con grupos que tienen un argumento que se relata con versos durante su ejecución. Las más representativas son las danzas del paloteo que con su carácter guerrero simboliza la lucha entre las naciones, los danzantes portan una especie de bastón de madera con el que se defienden en la lucha.
La danza de los coyongos, una especie de ave zancuda de las zonas ribereñas del litoral Caribe que se representa con el coyongo rey, la garza gris y otras aves de río y ciénaga. El baile se refiere a la faena que realizan estas aves al momento de capturar un pez.
La danza de los goleros o gallinazos que se simboliza a través de una puesta en escena teatral cuyo argumento gira en torno del festín que se dan estos buitres cuando tienen comida fresca, representada con un burro que ha muerto.
También está la danza del caimán que cuenta la historia del rapto de la niña Tomasita por parte de un caimán en el municipio cercano de Ciénega (Magdalena), y la danza de las pilanderas que muestra la labor que llevan a cabo las mujeres en el campo para la limpieza del arroz y el maíz.
La danza de los diablos de origen en las fiestas religiosas son demonios que bailaban con espuelas y sonajeros en las procesiones, realizando saltos en los que cruzan las piernas y tiran los brazos hacia atrás mientras hacen malabares sobre unas botellas sin tumbarlas.
Y finalmente la danza de las farotas, es una danza masculina de carnaval en la que los danzantes interpretan música con una flauta de caña de millo, un tambor y una tambora de dos parches y en tono burlesco muestran la forma como el español trataba a los indígenas, concretamente a las mujeres.
A la Gran Parada de Tradición le resta el desfile de fantasía que se cumplirá este lunes, y la muerte de Joselito Carnaval el martes, con lo que oficialmente concluyen estos cuatro días de fiesta y derroche de alegría que se repetirán dentro de un año cuando Barranquilla se vuelva a vestir de carnaval. EFE