El Papa Francisco presidió este domingo 23 de mayo la Misa del Solemnidad de Pentecostés desde la Basílica de San Pedro del Vaticano. Señaló en "su homilía que el Espíritu Santo dará consuelo y el impulso necesario al pueblo de Dios en un mundo afectado por la pandemia; del mismo modo que en Pentecostés dio la fuerza a los discípulos para disipar sus miedos y salir a llevar al mundo la Palabra de Dios".
El papa aseguró hoy que "en la Iglesia siempre hay pequeños grupos que buscan la división, para separarse unos de otros" durante el rezo dominical del Regina Coeli ante varios cientos de fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
"La Iglesia es para todos ", dijo Francisco, añadió que "la Iglesia es como un río, lo importante es quedarse adentro, en la unidad del Espíritu Santo" y "no mirar las pequeñas cosas".
Asimismo, Francisco recordó la importancia de la festividad de Pentecostés; con la que los católicos conmemoran la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.
"Nosotros también, a veces, preferimos permanecer dentro de las paredes protectoras de nuestro entorno. Pero el Señor sabe cómo llegar hasta nosotros y abrir las puertas de nuestro corazón. Él envía al Espíritu Santo sobre nosotros que nos envuelve y derrota todas nuestras vacilaciones, derriba nuestras defensas, desmantela nuestras falsas certezas", dijo
"En otras palabras, el Espíritu Santo pone en comunicación personas diferentes, realizando la unidad y universalidad de la Iglesia", añadió, antes de instar a "abrir nuestros corazones" y a "salir a dar testimonio".
Porque "el mundo necesita el valor, la esperanza, la fe de los discípulos de Cristo" en "las distintas situaciones y en los múltiples contextos culturales y sociales".
EFE
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