Las autoridades bolivianas han iniciado una rigurosa investigación en el departamento del Beni tras el macabro hallazgo de 41 caimanes Yacaré muertos y desollados.
Los cuerpos de los reptiles fueron encontrados en avanzado estado de descomposición a orillas de una laguna en la comunidad de Casarabe, provincia de Cercado, lo que apunta a un presunto caso de caza ilegal y tráfico de pieles.
La Policía Forestal y de Preservación del Medio Ambiente (Pofoma) y la Fiscalía Ambiental han tomado control de las diligencias para esclarecer este crimen ambiental reportado este sábado 4 de octubre.
Persecución penal por biocidio
Carlos Chispas, director de la Pofoma, declaró que se llevará a cabo una "persecución penal" para identificar y capturar a los responsables de este "biocidio". El funcionario enfatizó la gravedad del crimen para la biodiversidad local.
"Este no es solo un acto de crueldad, sino un ataque directo a nuestra fauna silvestre. La pérdida de 41 caimanes yacaré tiene un impacto ecológico serio en el equilibrio de nuestra laguna y reafirma la necesidad de aplicar todo el peso de la ley," afirmó Chispas.
El caimán yacaré es una especie nativa y protegida de los sistemas acuáticos de la Amazonía.
De acuerdo con el Código Penal de Bolivia, específicamente el artículo 350 Ter, la matanza intencional y con ensañamiento de animales protegidos puede acarrear penas de 2 a 5 años de prisión.
Este incidente subraya la amenaza constante que representa la caza furtiva para la fauna silvestre de la región amazónica y refuerza el compromiso de las autoridades con la protección de la biodiversidad boliviana.
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