DPA
En los últimos 30 meses de conflicto en Siria murieron más de 11.000 niños y adolescentes, víctimas de bombas, granadas y fusiles.
Así se desprende de un informe publicado hoy por el instituto de investigación Oxford Research Group y titulado "Futuro robado: las cifras ocultas sobre víctimas infantiles en Siria".
Según el documento, casi tres cuartos de estas muertes se deben a explosiones, mientras que algo más de un cuarto a disparos.
Aunque en muchos casos fueron víctimas del fuego cruzado entre grupos rivales, 764 niños y jóvenes fueron asesinados por francotiradores, especialmente en el caso de adolescentes entre 13 y 17 años.
Otros 112 niños, entre ellos algunos muy pequeños, fueron torturados, añade el informe. El 21 de agosto, 128 niños y adolescentes perdieron la vida en el ataque de gas que se produjo cerca de Damasco.
"Lo que más conmociona de este informe no es la mera cifra de los niños fallecidos, sino la manera en la que murieron", dijo la coautora Hana Salama.
La investigación se basa en las mismas fuentes civiles que las estadísticas de víctimas elaboradas por Naciones Unidas, pero se centra en la manera en que se produjeron las muertes.