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Pese a estar acusado de violar una ley que prohíbe alimentar a desamparados en Florida, el activista Arnold Abbott no se amedrenta e incluso regresó a un parque público a repartir comida para indigentes.
La disputa en Fort Lauderdale sobre la nueva ordenanza que restringe la alimentación pública de desamparados enfrenta a aquellos con intenciones compasivas contra residentes y negocios que no quieren que sus barrios se conviertan en imanes para indigentes.
Abbott, de 90 años, y dos clérigos del sur de Florida fueron acusados el fin de semana cuando repartían comida. Por violar la ley, cada uno enfrenta hasta 60 días de cárcel y una multa de 500 dólares.
"Uno de los policías dijo ‘suelta ese plato ahora mismo’, como si llevásemos un arma", dijo Abbott.
Pese al encontronazo con la ley, Abbott y los ministros, Dwayne Black y Mark Sims, regresaron al parque público a repartir comida el miércoles por la noche mientras la policía filmaba desde la distancia y una muchedumbre de 100 personas, mayormente desamparados y voluntarios, vitoreaban el arribo.
"¡Dios te bendiga, Arnold!", gritaron algunos. Uno de ellos, Eddie Hidalgo, de 56 años, dijo que el "Chef Arnold" estaba haciendo un gran trabajo.
"¡Gracias a Dios por el Chef Arnold! No he comido en todo el día. Él alimenta a mucha gente con el corazón", dijo Hidalgo, quien vive en las calles desde que perdió su empleo y su hogar.
Fort Lauderdale es la más reciente ciudad estadounidense en aprobar restricciones para alimentación de desamparados en lugares públicos. Defensores de los indigentes dicen que las municipalidades están tratando de controlar el crecimiento de la población sin hogar, pero consideran que sólo aprobar leyes no da resultado.
"Los programas de alimentación pública no resultan", dijo Robert Marbut, asesor y experto en el problema de desamparados en Estados Unidos. "Prohibirlos no resulta tampoco… Nunca vas a tercer un buen día arrestando a un sacerdote".
En los últimos dos años, más de 30 municipalidades han tratado de implementar leyes similares a la de Fort Lauderdale, de acuerdo con la Coalición Nacional para los Desamparados. Eso se produce en momentos en que más veteranos de guerras enfrentan indigencia y luego de dos duros inviernos que desplazaron a desamparados al sur del país, especialmente a Florida, dice Marbut.
El alcalde Jack Seiler dijo que Arnold y los dos clérigos tienen buenas intenciones, pero que la ciudad no puede discriminar a la hora de hacer cumplir la ley. Dijo que la ordenanza fue aprobada para asegurarse de que los lugares públicos están abiertos para todos.
"Los parques han sido ocupados y eran inaccesibles para locales y negocios", dijo.
2014-11-06