El primer ministro haitiano, Ariel Henry, quien cumplió este miércoles un año en el cargo, dijo que la situación del país "es crítica" aunque no "desesperada", en un contexto marcado por el empeoramiento de la inseguridad.
"Nuestro país está enfermo, pero puedo asegurar que el diagnóstico nos da la certeza de que podemos revertir la tendencia para salvarla y mejorar las condiciones de vida de nuestros compatriotas", apuntó Henry, la máxima autoridad haitiana tras el asesinato del presidente Jovenel Moise el 7 de julio del año pasado.
De la comunidad internacional, dijo, el pueblo haitiano "espera más que compasión, un acompañamiento eficaz que corresponda a sus expectativas y tenga en cuenta sus necesidades reales".
En su discurso, el primer ministro insistió en un diálogo nacional, que consideró "la herramienta ideal para resolver los problemas políticos".
"Ha llegado el momento de que todos los hijos del país se unan para salvar a Haití. En la unidad, en el diálogo, podemos cambiar esto. Nadie lo hará por nosotros. Es responsabilidad de todos", dijo.
Primer ministro anhela un clima seguro
Asimismo, señaló que la mayor preocupación de los haitianos es el restablecimiento de un clima seguro.
"Mi Gobierno está trabajando en ello con la incesante ayuda de la Policía Nacional. Hemos empezado a obtener algunos resultados y a contener las acciones de las bandas", afirmó Henry.
Por otro lado, informó que los esfuerzos realizados y "la seriedad" de su administración le han permitido firmar un acuerdo largamente esperado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que dará la oportunidad al país de acceder a financiamiento.
La situación general de Haití se agravó con el recrudecimiento de la violencia, principalmente en Puerto Príncipe, desde el asesinato de Moise a manos de un comando que asaltó su residencia privada en la madrugada del 7 de julio de 2021.
EFE
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