Ni a partir de las diez de la noche, ni en lugares que disten menos de cien metros de un colegio o una mezquita: éstas son las nuevas reglas para la venta de alcohol según una ley que entra en vigor en Turquía.
La polémica norma fue aprobada por el Parlamento en mayo y firmada en junio por el presidente turco, Abdullah Gül, tras días de especulaciones sobre un posible veto, en vistas de que la ley no hace sino exacerbar el enfrentamiento entre el Gobierno, de ideología islamista, y la oposición laica.
El efecto más inmediato es la prohibición de vender bebidas alcohólicas entre las 22.00 y las 06.00, una norma muy criticada por numerosos dueños de pequeñas tiendas de barrio, que hacen la mayor parte de su negocio precisamente durante las horas nocturnas.
El presidente de la Confederación de Artesanos y Comerciantes Turcos, Bendevi Palandöken, estimó, en declaraciones al diario "Hürriyet Daily News", que unos 200.000 comerciantes se verán afectados por la ley y perderán parte de sus ingresos.
Señaló que, probablemente, muchos incumplirán la ley y venderán también de noche, pero, además, todos están expuestos a falsas denuncias de vecinos religiosos que quieran acabar con la presencia de tiendas de alcohol en su barrio, vaticinó.
La norma sólo se aplica a tiendas, no a bares y restaurantes, aunque las bebidas servidas en estos locales no podrán consumirse en la calle, en los parques o en la playa.
Más difusa es la segunda norma, que prohíbe la venta de alcohol a menos de cien metros de distancia de un colegio o de mezquitas, iglesias y sinagogas.
En el centro de Estambul, gran parte de los puestos de venta podrían verse afectados, pero no está claro aún si esta norma sólo se aplicará a la apertura de nuevos establecimientos o si no se renovará la licencia de los existentes.
Tampoco está claro si se permitirá la existencia de bares cerca de lugares de culto.
Además, tampoco se permitirán los anuncios de alcohol, ni los patrocinios de eventos sociales o deportivos, ni la aparición de bebidas alcohólicas en filmes o series de televisión, y deberán desaparecer todos los rótulos que hagan referencia a una marca.
La ley lleva desde su debate en mayo alimentando el enfado de grandes sectores laicos de Turquía, habituados a una cerveza por la noche y que defienden el "raki" (aguardiente de anís) como la bebida tradicional para toda fiesta, cena o boda que se precie.
Frente a esta costumbre turca, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002, quiere forzar a la sociedad a comportarse según una visión estricta del islám, denuncian.
Sin embargo, el Gobierno asegura que el objetivo de la medida es puramente de salud pública y busca, sobre todo, proteger a los jóvenes.
La lucha gubernamental contra el alcohol comenzó hace años mediante el aumento de los impuestos. Según el diario "Hürriyet Daily News", desde 2002 el gravamen a la cerveza ha subido un 737 por ciento, lo que hace decir a muchos críticos con el Gobierno que el AKP los quiere convertir en abstemios forzosos, atacando el bolsillo.
Todo hace prever que los precios, sobre todo de las bebidas extranjeras, volverán a dispararse cuando se aplique, a partir de junio próximo, otra norma, aprobada en agosto: la obligación de rotular todos los envases con advertencias sobre la peligrosidad del alcohol./EFE