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Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Valencia respalda decididamente y sin lóbrego propósito a los panaderos, para dejar asentado que la triste realidad del sector es la producción nacional que se encuentra en un franco y acelerado deterioro permanente desde el año 2012, refiriéndose por ejemplo a que el pan campesino o canilla no pueden venderse a precio regulado cuando la principal materia prima se adquiere a precio importado entre 171 mil y 193 mil bolívares.
Guillermo Manosalva, presidente de la Cámara, ofrece detalles de la situación del sector del temor manifestado por muchos de los panaderos, ante las arremetidas del inquisidor Sundde (Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos), comunicando que han sido consultados 25 panaderos de los más de 120 que se ubican en Valencia y éstos manifiestan que “no queremos que ocurra otro show mediático, un “canillazo”. Queremos soluciones concertadas, realmente dialogadas”.
La demanda de trigo es de aproximadamente de 360 mil toneladas por mes a escala nacional y llama la atención cómo el gobierno nacional se emociona cuando llegan 30 mil toneladas, sabiendo que eso representa apenas el 10% de la distribución en todo el país.
Para que el sector panadero funcione en un 100%, son 120 mil toneladas en inventario, 120 mil en producción y 120 mil en el proceso de comercialización, para que ocurra un equilibrio y el consumidor este tranquilo, manifiestan los afectados de este sector. “Un saco de harina de trigo de 45 kilos, por producción nacional, cuesta 15 mil bolívares.
Lo que significa que cada kilo de harina tiene un valor de 354 bolívares, pero como no hay producción suficiente, nosotros los panaderos tenemos que trabajar con harina todo uso importada, cuyo costo asciende a los 200 mil bolívares.
Estamos hablando que por kilo cuesta 3 mil 800 y 4 mil 600 bolívares”. Manosalva cuestiona al gobierno nacional quien pretende que el pan tenga un precio regulado cuándo se está adquiriendo la materia prima 11 veces por encima del precio de lo que debería costear un comerciante, puntualizó.
Hay comercios destinados a expendio de pan que no han obtenido materia prima alguna, mientras otros establecimientos solo han recibido entre tres y cuatro sacos de harina de trigo, cuando por día necesitan al menos 10 sacos”. Pero ahí no termina el problema porque “no es solo la harina”, agrega.
Manosalva reseña que el saco de azúcar, hace tres meses atrás, se conseguía en 56 mil bolívares. Ahora cuesta 164 mil bolívares; la levadura de pasta costaba 600 bolívares. Hoy cuesta 5 mil bolívares; la levadura granulada estaba en 1.800 bolívares, pero pasó a costar 20 mil bolívares.
2017-03-24