La Patria es un todo indivisible e indiscutible, enaltece al hombre y hace vibrar la fibras más hermosa del sentimiento nacionalista, en definitiva nos une como pueblo. Patria es el orgullo de ser venezolano.
El hombre que la niega es un hombre sin Patria, y eso es un paria.
Quiénes pactan de algún modo en contra de los intereses de la Patria, son inconsecuentes con ella. Lamentablemente, en muchos no se percibe algún afecto hacia la Patria y en otros les nota un afecto delincuente y disfrazado.
La defensa del territorio nacional es labor de todos
Para nosotros el máximo interés es la Patria y se llama Venezuela.
Hoy vemos el clamor de un pueblo en busca del amor justo, debido y noble, ese amor, el que nos hace ser patriotas.
Porque ser patriota no es solo un dicho viril, es la síntesis de todos los principios.
Es la gloria de defender los derechos y la satisfacción de cumplir un deber que sentimos como ineludible, insobornable e insoslayable.
Diremos, además, que no es un pedazo de tierra ubicada en el mundo, que eso es un país y todos universalmente hablando, podemos portar con agrado su gentilicio.
Sin embargo, no todos pueden decir que ese país es su Patria.
Sentir la Patria
Patria hay que sentirla, adorarla, respetarla y hacerla respetar con la palabra y la acción.
Desde esta tribuna rechazamos y reprochamos aquellos que venden su primogenitura por un plato de lentejas verdes, pretendiendo despojar a futuras generaciones de este territorio sagrado que hemos heredado de los héroes independentistas a un costo incalculable de sangre, sudor y muchas lagrimas.
Hoy esta nueva actitud del vecino, violenta poco a poco la esperanza diplomática que debe reinar.
Hoy los irritos intereses de la República de Guyana, no deben distraernos de la verdad y de la razón moral que nos asiste y que hemos probado en los distintos escenarios jurídicos y políticos a lo largo de la historia.
El Gobierno de Guyana no posee derechos soberanos sobre estas áreas marítimas y por ende, cualquier acción fuera de sus límites debería ser considerada como una transgresión al Derecho Internacional.
Debemos dar un paso al frente en defensa de nuestro territorio, en unidad férrea, asistida por el Derecho y la razón histórica.
La defensa del territorio nacional es de vieja data
Venezuela continuamente a denunciado ante la Organización de las Naciones Unidas que el Laudo Arbitral de París de 1899, es irrito y esta viciado de nulidad.
Ese dictamen favorable al Reino Unido donde se pretende adjudicar al territorio de la Guyana Británica, una extensión de 159,500 km² al oeste del Río Esequibo, está repleto de componendas e intereses económicos, hechos injustificables que resultan en un acto de despojo tan grotesco como el que aquí se ha pretendido realizar.
La decisión del tribunal ha quedado en tela de juicio y así lo entendemos, luego de hacerse público el memorándum de Severo Mayett-Prevost, que conjuntamente con otros documentos Mayett-Prevost indefectiblemente comprometen la validez del Laudo Arbitral de Paris.
La nulidad del Laudo sobre el Esequibo
Para nosotros ese tratado es nulo y por ende inexistente, no sólo debido a los actos contrarios a la buena fe por parte del Gobierno Británico, sino también por parte de los integrantes de ese cuestionado Tribunal.
Estas denuncias conllevan a la firma el acuerdo de Ginebra de 1966, para tratar de resolver la controversia entre Venezuela y la Guyana Británica.
Ese tratado, en Ginebra,Suiza, el 17 de febrero de 1966 fue firmado entre Venezuela por una parte y el Reino Unido por otra, y fue acompañado con su colonia para ese momento la Guyana Británica.
Cualquier acuerdo pasa por aceptar la nulidad del Laudo Arbitral de Paris.
El Acuerdo de Ginebra de 1966
Hoy, luego del acuerdo de Ginebra de 1966, la nulidad del Laudo es un hecho cumplido.
Venezuela ha reflejado siempre el compromiso de llegar a una solución, satisfactoria.
Como Diputado de la Asamblea Nacional y Secretario de Asuntos Internacionales y Migratorios del Partido Acción Democrática, debo resaltar que en tiempos del presidente Rómulo Betancourt, por intermedio del Canciller y compañero Marcos Falcón Briceno, se defendió y se ha seguido defendiendo el territorio venezolano como un todo.
Un canciller aguerrido
Venezuela, alzó su voz en el debate general del XVIII periodo de sesiones de la Asamblea General, el 01 de octubre de 1962, donde nuestro Canciller, se plantó firme en la defensa de los interese de la Republica y de los límites territoriales de la Nación.
Hoy igual que ayer, Acción Democrática, ratifica su vocación antiimperialista, independentista, nacionalista y altamente democrática, en la defensa del territorio nacional.
La Patria para nosotros es y será la síntesis de lo hermoso y de lo sublime.
Patria en Acción Democrática se escribe con P mayúscula.
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