Esas palabras, “no me llamen a colaborar”, a primera instancia puede sonar como muy grosero, puede sonar como falta de colaboración, puede sonar como una carencia total y absoluta del sentido de pertenencia a la comunidad.
Pero ese comentario, que lo dijo un copropietario, saliendo de la junta de condominio, hay que ponerlo en contexto; un contexto muy importante.
El dilema de colaborar
En esta asamblea, como en la gran mayoría de ellas, se discutían los gastos en los que incurre el edificio y lo costoso que están todos los servicios.
Había una persona, reclamando por todo, la que más reclamaba era una persona de una junta de condominio anterior, la cual decía, que todo estaba caro, que todo se puede hacer por menos y el edificio se podría tener mucho mejor.
También decía que había muchas cosas que la propia junta de condominio podría hacer; de esta manera, se le ahorraría dinero al edificio y a la comunidad.
Es en este momento, en el cual, el miembro de la JDC saliente, un médico, que es directivo de uno de los grandes centros médicos de la ciudad de Caracas dijo:
Nadie lo agradece
“A mi no me pidan que yo baje a colaborar para poner un tomacorriente o un bombillo”
Primero, no es mi trabajo; segundo, no me pagan por eso; pero más importante aún, nadie lo agradece.
Esta persona continuaba explicando, para eso es que se paga el recibo de condominio, para uno contar con especialistas en cada área para mantener al edificio al día y eso es lo que tiene que hacer una buena junta de condominio.
La JDC debe gerenciar el mantenimiento del edificio, su costó y su funcionamiento diario; pero no de hecho hacerlo.
El compartir: en un contexto diferente
Ahora, es distinto decir – continuaba el doctor- hay que bajar a colaborar con una torta, con una jarra de café, con unos panes dulces para un compartir, para instalar el árbol de navidad, o para ayudar a un empleado que necesita y ahí estaré.
Pero que no le pidieran que bajara a cambiar un bombillo, a conectar un toma corriente, porque no es su trabajo.
Cómo dijimos al inicio de este artículo, toda esta situación puede sonar muy fuerte, muy grosero, pero nuestra opinión no deja de tener razón; y sobre todo, porque los comentarios provenientes de los miembros de la JDC anterior, eran con muy mala intención.
Ciertamente, colocar un bombillo por el edificio, no degrada a nadie, y puede ser una colaboración; y lo consideramos necesario, en especial en esta economía que tenemos en Venezuela; pero esta persona deseaba dejar un mensaje ya que trataban a la JDC como esclavos.
¿Qué se cobra cada mes?
Cabe destacar, algo que siempre explicamos en nuestros talleres, que el monto del recibo del condominio en teoría no depende del administrador ni de la junta condominio.
El monto del recibo de condominio depende de la necesidad del edificio, del inmueble.
Un edificio que tiene 30, 40 o 50 años muy probablemente requerirá mayor mantenimiento y fallarán mucho más sus equipos, lo cual, a su vez, traerá un mayor gasto, reflejado en el recibo de condominio.
A esto le debemos sumar, lamentablemente en esta economía, todos los meses los proveedores de servicios ajustan sus costos, lo cual se refleja en el recibo de condominio.
Para finalizar, creemos que una comunidad se forma con la participación, y en especial, la colaboración de todos. Cada uno en lo que pueda ayudar; pero es una realidad que muchos frenan los esfuerzos de la JDC, otros – de la JDC- evitan que los ayuden, son arbitrarios.
Pero, nos pareció muy interesante y válido lo que pasó en esta asamblea.
Nos pueden enviar sus dudas o comentarios a: [email protected]
Recuerden, con @NataleLegal seguimos en contacto
(Daniel Natale es abogado especializado en condominios e inmuebles)
Leas más artículos de DANIEL NATALE haciendo CLICK AQUÍ
Sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online