Luz Mely Reyes
"Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio". Ghandi
Como nunca, que yo recuerde, en una contienda electoral venezolana han sido tan usados símbolos y expresiones ligadas más al ámbito religioso – espiritual que al político propiamente dicho.
Históricamente son numerosos los ejemplos de la "religionización" de una corriente política, el uso de la religión con fines políticos y de la convivencia entre dos expresiones que aparentemente no deberían ir unidas, pero que en la práctica lo han estado en distintas épocas. También las luchas y separaciones hostiles entre ambas esferas, así como la implantación de regímenes políticos cuyas políticas públicas están inspiradas en el "mandato divino". De igual manera, hay líderes políticos que han basado sus ideas y expresiones en sus particulares prácticas del alma.
El tema de hoy, entonces, no lo puedo abordar con toda la profundidad que se merece, pero si describir algunos aspectos llamativos que pueden significar algo en la medida en que pasa el tiempo. Todo en un marco de respeto por las creencias y prácticas religiosas y espirituales diversas como las que se expresan en nuestro país.
Durante la campaña, el candidato Nicolás Maduro contó la anécdota del pajarito que siguió explotando en sus intervenciones posteriores, y que reflejan sus creencias espirituales. Él es seguidor de Sai Baba. Cuando este gurú falleció, muchos de sus seguidores dijeron que les cobró milagros y que lo habían percibido de varias formas. En general, ellos creen entre otras cosas, en la trasnigración del alma. No obstante, en estos días Maduro se declaró socialista, bolivariano y cristiano y en sus actos empezó a recitar la oración dirigida a San Francisco de Asís.
Del lado de Capriles Radonski han sido frecuentes sus invocaciones a Dios, sus visitas al Valle del Espíriu Santo y su declaración como devoto a la Virgen del Valle. Sin duda sus expresiones tienen que ver con la religión católica y sus distintas expresiones. De hecho, él lleva colgado en su cuello, varios escapuiarios y con frecuencia cuentaanécdotas sobre como su fé creció cuando estuvo preso. Y al final de cada acto de campaña le suelen regalar alguna talla o estatuilla con el santo o virgen o de la región que visita. Recordemos que muchos les criticaron cuando, al aceptar su derrota, el 7 de octubre de 2012, afirmó: el tiempo de Dios es perfecto.
Me parece muy positivo que ambos candidatos puedan hablar abiertamente de sus aspectos espirituales. Si algo observo le hace falta a este país es tener conciencia de esa dimensión de la humanidad. Sin embargo, ñp paradójico, es que desde sus perspectivas, cada polo, cree firmemente que están con el bien; y que el mal está del otro lado. Desde ambos templos rezan a Dios para que les dé la victoria. Dado que es una elección que debe arrojar a un solo ganador, es obvio que alguien sentirá que sus plegarias no fueron respondidas.
Por eso creo que lo más importante, es trascender esa visión parcializada. Muchas corrientes y doctrinas enseñan que la lucha espiritual no es contra el otro, sino contra uno mismo para aprender a ocuparse de los demás y no sólo de sí. Hay quienes postulan que el mal y el bien no están de un lado u otro, sino que cualquier ser humano es capaz derevelar luz o generar oscuridad, dependiendo de como haya trabajado en su alma y de como se deje mover por sus intereses, otros inician una batalla interna para que sus deseos no sean los que se impongan.
Lo que espero es que cada seguidor de oposición y del Gobierno pueda ver a su rival y sentir que es como mirarse en un espejo y que la imagen que ese espejo devuelva nos permita comprender que si nosotros no superamos la diatriba y la polarización, no importarán los resultados, porque, solo saldrá ganando una parte del país.