En México, el uso de la imagen personal está protegido por ley, y transformar la foto de alguien en un sticker sin permiso puede constituir una falta grave.
Lejos de ser una broma, esta práctica puede interpretarse como acoso o vulneración de la privacidad, especialmente si se hace con intenciones burlonas o de exposición pública, así lo notificó el portal Badabun.
Primer paso: abordar el problema directamente
Una de las recomendaciones iniciales es hablar con quien creó el sticker, ya que en algunos casos basta con solicitar el retiro del contenido. La idea es evitar que la imagen siga circulando y aclarar que la persona afectada no autoriza su uso.
Instituciones obligadas a actuar
Si la situación ocurre en un entorno escolar o laboral, el incidente se puede reportar formalmente, y es que, en este país, las instituciones están en la obligación de frenar cualquier forma de acoso digital.
Reunir evidencia es clave
Antes de proceder con una denuncia, es fundamental recopilar pruebas. Las capturas de pantalla, los mensajes y cualquier registro donde aparezca el sticker serán imprescindibles para demostrar cómo se utilizó la imagen.
Estas evidencias también ayudan a determinar si hubo acoso, ridiculización o algún tipo de violencia digital.
En el ámbito laboral, la STPS ofrece el sistema SIQAL para presentar quejas por acoso digital dentro del trabajo, y si el uso del sticker busca sexualizar, humillar o intimidar, la Ley Olimpia permite elevar el caso ante la fiscalía por violencia digital. En estos escenarios, pueden aplicarse sanciones más severas, incluso de carácter penal.
Además de denunciar, los especialistas recomiendan tomar medidas para evitar que continúe el daño. Algunas opciones son:
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Bloquear a los agresores.
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Abandonar grupos donde se difunda el contenido.
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Ajustar la privacidad en redes sociales.