Una familia nicaragüense residente en Winooski, Vermont, decidió autodeportarse sin aceptar compensación económica del gobierno estadounidense.
La comunidad local se movilizó para garantizar que las hijas del matrimonio pudieran graduarse dignamente antes de su partida, según informó NBC5.
Wilmer Chavarría, superintendente del Distrito Escolar de Winooski, compartió que su hermano, cuñada y dos sobrinas emigraron desde Nicaragua en busca de una vida mejor.
Sin embargo, su sueño se desmoronó tras recibir un aviso de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en abril, que les instaba a abandonar el país o enfrentar deportación forzada.
La familia estaba bajo el Programa de Libertad Condicional Humanitaria (CHNV) y formaba parte de las 532,000 personas notificadas sobre posibles expulsiones.
A finales de abril, la familia tomó el vuelo de regreso, pero antes, la comunidad educativa organizó una ceremonia especial para que las adolescentes pudieran graduarse.
Directora celebró el evento
La directora de CVU High School, Katherine Riley, destacó la importancia de hacer el evento festivo y representativo de quienes son.
Aunque regresar a Nicaragua no era el desenlace esperado, Wilmer expresó su gratitud por el apoyo recibido.
Mientras su familia reanuda la vida en Nicaragua, él continúa trabajando en Vermont, esperando que su situación ayude a visibilizar los desafíos que enfrentan miles de migrantes bajo políticas restrictivas.
A pesar de que el gobierno anterior promovió la autodeportación como una opción "digna", la familia Chavarría rechazó el incentivo económico ofrecido, considerándolo insultante. Wilmer afirmó que no tienen planes de aceptarlo.
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