Carlos Crespo / [email protected]
La cuenca del río San Julián es un buen ejemplo de lo que sucedió con las promesas de reconstrucción hechas en el estado Vargas hace 15 años. Quien se pare al borde del cauce podrá observar que una parte del canal está embaulada y la otra sigue cubierta por la maleza.
¿La razón? La parte que fue canalizada fue financiada por el Reino de España tras la tragedia ocurrida en el litoral en 1999, mientras que el financiamiento y la ejecución de la parte inconclusa correspondían al Estado venezolano. Este tipo de obras incompletas también se pueden observar en las quebradas de Curucutí, Mamo, Piedra Azul, Quebrada Seca, Camurí Chico, Osorio y El Cojo.
“Existe 90% de probabilidades de que si se produce la cantidad de agua que cayó sobre Vargas (en 1999) se produzcan nuevos damnificados”, asegura el dirigente social Carlos Teixeira, quien ha estudiado a fondo los diferentes planes para la reconstrucción del estado y lo que efectivamente se ha hecho luego de la tragedia de hace tres lustros.
En el limbo
En enero del año 2000 fue creada la Autoridad Única de Área para el Estado Vargas (AUAEV) que elaboró un mapa de riesgo de las zonas que debían ser deshabitadas y en las que no debían levantarse construcciones. Sin embargo, esto es violado por las mismas autoridades nacionales, regionales y locales que construyen en sitios de riesgo. Este es el caso de un complejo de unas 600 viviendas que el Gobierno nacional está erigiendo en Los Corales, cerca de la cuenca de San Julián, uno de los sitios más afectados por los eventos de 1999. Hay casos como el de la comunidad de Marapa, que ha sido golpeada en tres ocasiones.
“La peor tragedia han sido los 15 años después, de muchas falsedades, mentiras y abusos”, indica Miguel Arreaza, que pertenece al Consejo Comunal de la zona.
La propia Auaev y su sucesora, Corpovargas, fueron eliminadas y sus planes quedaron incompletos o en el limbo. “De 12.758 viviendas (proyectadas) sólo se construyeron 240, en el sector Ezequiel Zamora (…). De 29 urbanismos sólo se construyó uno, los otros 28 no se construyeron y por eso en 2010 tenemos el triste espectáculo de casi 2000 familias nuevamente damnificadas y precisamente en los márgenes de las cuencas
que venían ocupando”.
Un gran elefante blanco
Para el Plan Vargas 2005 fueron aprobados 922 millones de bolívares. El dirigente social Carlos Teixeira considera que se debe hacer una investigación sobre el destino de ese dinero. “Estamos hablando de poco más de Bs 470 millones que se esfumaron, que no se construyeron las viviendas y por no haberlas construido se produjeron víctimas” .
Teixeira recordó que esto no ha motivado ningún tipo de investigación por parte de la Fiscalía General de la República, la Contraloría o alguna otra institución. “Nuestra tragedia significó un beneficio para pocos que se enriquecieron fingiendo estar ayudando. Luego se ha convertido en una estafa a quienes todavía viven con temor en los márgenes de la cuenca”, señaló.
Lea este Tema Especial completo en su diario 2001 que circula este doming
[galeria-306]
2014-12-14