El consumo de drogas en adolescentes es una problemática que mantiene en alerta a la sociedad, sobre todo porque los jóvenes ingieren fármacos y sustancias de dudosa procedencia para imitar los efectos de otros alucinógenos.
Los chamos consumen drogas sintéticas como metanfetaminas y barbitúricos. Estas sustancias las extraen de fármacos.
El criminólogo John Velásquez señaló que muchos de los adolescentes toman los medicamentos vencidos o de sus familiares para sentir “que se están drogando”.
No obstante, lo mezclan con licor u otras pastillas, para así poder experimentar efectos similares.
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“Siempre empiezan con pastillas vencidas y luego van escalando a hierbas y cuando menos te das cuentas ya están consumiendo cocaína y heroína”, expresó.
Muchos de ellos comienzan con la marihuana, considerada una droga de bajo nivel de alucinógeno que tiene poco tiempo de reacción y acción.
A esta, le agregan los químicos de los fármacos para aumentar los efectos.
Entre estos está la metanfetamina, usada para el tratamiento del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la narcolepsia.
“Algunos disuelven las pastillas y las inhalan, otros las ingieren con alcohol”, señaló.
Para ello también usan barbitúrico y opioides, pero esto solo se consigue con récipe médico.
Sin embargo, esto no asegura que el joven tome medicinas que se le recetaron a un adulto. “Pueden agarrar de las pastillas de sus padres, abuelos, tíos y demás”.
Leyes contra venta de drogas
En Venezuela la venta de drogas es ilegal, sin importar de cual se trata.
De esta manera, vender fármacos que necesitan prescripción a personas que no cuentan con ninguno récipe médico o autorización de profesionales cuenta como una infracción.
La abogada María de Los Ángeles Rojas refirió que las acciones legales pueden ser emprendidas por autoridades como el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel (INHRR), el Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (SACS) y el Ministerio Público.
Estas acciones pueden resultar en multas, sanciones económicas, cierre temporal o permanente de la farmacia.
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Para la persona que vende el medicamento sin solicitar un aval puede enfrentar un proceso judicial, además de revocación de licencias y permisos de operación.
“Estas regulaciones están destinadas a garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes, así como a prevenir el uso indebido y el abuso de medicamentos”, compartió.
Las penas suelen ser de prisión si se comprueba daños en una tercera persona, por lo que los responsables pueden enfrentar varios años de cárcel.
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