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Era martes 9 de mayo de 1939 cuando se escuchó por primera vez el sonido de las cuerdas vocales de Ricardo José Aguirre González, quien años después fue bautizado como el Monumental de la Gaita zuliana.
Fue en El Empedrao, en el barrio Santa Lucía de Maracaibo en el estado Zulia donde nació y creció Ricardo Aguirre, quien de la mano de sus padres Ida Cira González y Luis Ángel Aguirre, se hermanó desde su niñez con el cuatro, el furro, la tambora y con versos luciteños improvisados.
Una noble misión venía a cumplir en el mundo el compositor y exponente de la gaita zuliana, dijo en una oportunidad su progenitora cuando contaba que el niño nació enmantillado, que en términos médicos significa nacer con el saco del líquido amniótico intacto.
A los 15 años y en medio de la dictadura su padres lo enviaron a estudiar en la Escuela Normal Nacional Gervasio Rubio, en Rubio, municipio Junín del estado Táchira. Allí, en los espacios donde se preparaba para maestro de aula, comenzó a ejecutar el cuatro y el piano.
Se graduó a los 19 años y comenzó su obra como educador en la Escuela Rafael Urdaneta de la población de Bachaquero, capital del municipio Valmore Rodríguez, en la Costa Oriental del Lago. Luego se desempeñó en la Escuela Monseñor Francisco Antonio Granadillo, ubicada en el Barrio 18 de Octubre de Maracaibo, a la cual le escribió su himno, cuya música fue colocada por Jorge Samper, maestro de música de la institución.
Su trabajo de docente era compartido con su afición a la música, a la composición y como locutor.
El sentido social siempre estuvo presente en las acciones de Ricardo Aguirre, demostrado cuando en una oportunidad un alumno no tenía zapatos para ir a la escuela y se apareció con unas alpargatas rotas, con las que no lo dejarían pasar al salón de clases.
El maestro decidió entonces salir y comprarle unas alpargatas nuevas, para que el muchacho no perdiera días de escolaridad.
Su inicio en la gaita fue con el conjunto Los Sabrosos, donde fungió como director, y más adelante con el grupo Santa Canoíta. Junto a sus hermanos Rixio, Renato y Alves, en 1962, ingresa a Cardenales, pero al dividirse el grupo, él mismo propuso la creación de Los Cardenales del Éxito.
Fue despedido del magisterio por desacuerdos con el director de la escuela Granadillo y, en ocasiones, tuvo que dedicarse a la pintura de brocha gorda para solventar las necesidades de su familia compuesta por cuatro pequeños y su esposa Teresita Suárez, también maestra.
Dejándolo sin trabajo se quiso callar la voz del cantor, que con sus versos protestó ante la negligencia del gobierno. Sus canciones se convirtieron en interpretaciones populares que retumbaron en los oídos de quienes se desentendían de su pueblo.
En 1963 graba las primeras gaitas tituladas: Golpe Tradicional de Rixio Aguirre; Gaita, Gaita de Don Pedro Colina; y Gaitas Tradicionales de Luis Ferrer y Rixio Aguirre. En 1967 se integra al Conjunto Saladillo, donde logra grabar: Ronda Antañona, La Flor de la Habana, Dos Madres Antañonas y La Grey Zuliana, esta última considerada por muchos como el segundo himno del Zulia, y que según, el compositor e investigador Arnoldo Hernández Oquendo, la música de esta obra pertenece a Ricardo Aguirre, y presuntamente una estrofa y el estribillo a Marcial Valbuena.
En 1969 vuelve a sus Cardenales del Éxito donde plasma las obras musicales: Decreto Papal, La Vivarachera y Maracaibo Marginada.
Por su aporte a la gaita zuliana, el crítico gaitero Octavio Urdaneta, fue quien lo bautiza como El Monumental de la Gaita.
El 8 de noviembre de 1969, a solo 10 días para la celebración de la patrona espiritual de los zulianos, La Virgen de la Chiquinquirá, Aguirre se marchó a otro paisaje sin despedirse de su pueblo. Un accidente de tránsito le arrebató la vida al hombre que en apenas siete años dentro de la gaita gritó las angustias de un pueblo en el que vive su voz.
2016-05-08