La presidenta de la comisión, la demócrata Dianne Feinstein, y otros legisladores arguyen que las armas de asalto han sido utilizadas en un número desproporcionado de las matanzas ocurridas y no deberían estar disponibles para los civiles.
La prohibición es una de las más controvertidas en cuanto a las restricciones de las armas que se consideran en el Congreso. Los detractores de la prohibición afirman que los ciudadanos respetuosos de la ley no deben perder su derecho, conforme a la Segunda Enmienda, de poseer armas que afirman son las preferidas para la protección personal, cacería y colección.
Diversos republicanos, como el senador republicano John Cornyn, de Texas, que propuso las enmiendas desechadas, arguyó que el enfoque más efectivo para frenar la violencia derivada de las armas sería mejorar el envío de los expedientes de salud mental al sistema federal, en el que se verifican los antecedentes de los posibles compradores de armas./AP