El diplomático brasileño Roberto Azevedo fue designado hoy oficialmente como nuevo director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en un acto en el que prometió trabajar con determinación para lograr que la entidad "recobre su rol y su preeminencia".
El Consejo General del organismo -máximo órgano decisorio- se reunió para designar, esta vez de forma oficial, al recién elegido como su responsable máximo.
Azevedo fue escogido tras un proceso de selección entre nueve candidatos que se presentaron al cargo y que en tres rondas sucesivas fueron descartados hasta que solo quedo su nombre.
El diplomático brasileño es actualmente embajador de su país ante la OMC y como tal participó hoy en el Consejo General, momento que aprovechó para agradecer a los miembros su apoyo, pero también para decirles sucintamente cuáles serán sus prioridades cuando tome posesión del cargo.
"He trabajado en y con esta organización de forma continua durante los últimos 15 años. Y la he visto en mejor estado que ahora", dijo Azevedo en su discurso.
"Prometo a todos los miembros que trabajaré con ellos, con inquebrantable y firme determinación, para recobrar el rol y la preeminencia que se merece y que debe tener".
Asimismo, se refirió a la próxima reunión ministerial ordinaria de la entidad, que tendrá lugar en Bali en diciembre.
"Es un acontecimiento importante para esta organización en esta situación crítica, está al doblar la esquina y no tenemos tiempo que perder", indicó.
El diplomático no ahondó más en el tema, aunque advirtió de que "esta conversación" seguirá en septiembre, cuando asuma oficialmente el cargo en sustitución del francés Pascal Lamy.
A Lamy, que ha llevado las riendas de la organización durante los últimos ocho años, le dedicó palabras de elogio y le agradeció públicamente que haya ofrecido ayudarle durante el periodo de transición, de aquí a finales de agosto.
Respecto al proceso de selección, Azevedo lo defendió argumentando que un sistema que busca el consenso es mucho más "legítimo" y más inclusivo que una elección directa entre dos o varios candidatos.
"El proceso fue sin duda totalmente inclusivo y los miembros -sin excepciones- tuvieron la oportunidad de expresar sus preferencias a través de los varios niveles de las consultas", aseveró.
"Alcanzar consenso es mucho más complejo que contar votos. Requiere que todas las delegaciones participen de forma constructiva y de buena fe en las consultas. Pero la mayor ventaja de una decisión lograda por consenso es que aporta legitimidad a la elección", concluyó. /EFE
Martes 14/5/2013