El príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa Kate arribaron en la mañana de hoy domingo a la ciudad de Dunedin, en la isla Sur de Nueva Zelanda, en el séptimo día de su gira por ese país y Australia, que finaliza el 25 de abril.
La pareja, que ostenta el título de duques de Cambridge, fue recibida por representantes de Ngai Tahu, la principal iwi (tribu) maorí cuando llegó al Aeropuerto de Dunedin. La duquesa se agachó para dar a un niño el tradicional saludo maorí, el hongi, en el que las dos personas unen sus narices y frentes.
En la mañana, Guillermo, de 31 años, y Kate, de 32, tenían previsto asistir a una misa en la catedral anglicana de St. Paul y luego visitar el estadio, donde un grupo de jóvenes jugará una versión menos ruda del deporte nacional de Nueva Zelanda, el rugby.
Luego volarán a Queenstown para una cata de vinos en un viñedo local, seguido por una navegación por los cañadones del río Shotover.
El duque y la duquesa pasarán la noche en Queenstown, mientras el príncipe Jorge se quedó en Wellington con su niñera Maria Borrallo.
En tanto, el diario "New Zeland Herald" dijo que un comentario que el príncipe Guillermo le hizo el sábado a Cynthia Read, la mujer que confeccionó la mantilla de encaje que Nueva Zelanda regaló a Jorge para su nacimiento, alimentó los rumores de que el príncipe, de ocho meses, tendrá pronto un hermano o hermana.
El duque estaba hablando con Read y él le dijo que "pronto iba a tener que hacer otro", relató la mujer al diario. "La forma en que Guillermo lo dijo fue como si estuviera lanzando una indirecta, contándome un secreto", añadió.
Los periodistas que siguen el viaje de los duques están muy interesados en ver si Kate tomará vino durante la cata prevista en Queenstown./DPA