El presidente chileno, Sebastián Piñera, defendió hoy su obra en su último informe ante el Congreso, en cuyos alrededores miles de personas protestaron exigiendo mayores derechos civiles, laborales y educacionales.
"Gobernar no es una tarea fácil, hemos cometido errores, pero hemos entregado nuestro mejor esfuerzo", justificó Piñera ante parlamentarios y diversos candidatos presidenciales para los comicios de noviembre.
El mandatario, cuyo respaldo en las encuestas bordea sólo el 30 por ciento, subrayó especialmente los avances logrados en materia económica a partir de 2010, cuando asumió el poder a días de un terremoto.
En ese plano, defendió la política de integración económica, ejemplificada en los acuerdos de libre comercio con Malaisia y Turquía, además de la pronta firma de otro con Vietnam.
Respaldó asimismo la estrategia nacional de relación económica privilegiada con el sudeste asiático, articulada en torno al TPP, pacto en que negocian desde Estados Unidos hasta México y Australia.
"Podemos decir que Chile está creciendo con fuerza, casi alcanzamos el pleno empleo; la pobreza y desigualdad han bajado; los salarios están aumentando con vigor", enumeró.
Piñera también destacó el dinamismo de la actividad y los flujos de inversión. "Hemos crecido un 5,8 por ciento como promedio anual, el mayor índice de los países de la OCDE".
"Y además el año pasado Chile fue el segundo receptor de inversión extranjera en América latina, con 30.000 millones de dólares, sólo superado por Brasil", ahondó.
En ese marco, el mandatario deslizó una crítica a los candidatos presidenciales que proponen elevar fuertemente los impuestos para financiar las amplias demandas sociales expresadas en miles de protestas efectuadas desde 2011.
"El crecimiento económico (bajo este gobierno) ha incrementado en 17.000 millones de dólares la recaudación tributaria", opuso.
Las palabras de Piñera, que defendió logros en educación, salud, infraestructura y lucha contra el crimen, fueron sin embargo confrontadas por movilizaciones aledañas al Congreso, en Valparaíso.
Las marchas, convocadas por trabajadores, estudiantes y organizaciones civiles, exigieron avanzar hacia la construcción de una sociedad de derechos, contraria al modelo subsidiario existente que privilegia la solución privada de las demandas sociales.
“Esta es la última oportunidad que tiene el presidente Piñera para que su gestión en Educación no sea recordada como un fracaso", dijo incluso el líder estudiantil Andrés Fielbaum en la antesala del discurso.
"Sabemos lo que pasó, sabemos lo que va a decir. Lo que pueda pasar, depende de nosotros", dijeron además los estudiantes en un video divulgado este martes.
Por su parte, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa, custionó los avances laborales y demandó fortalecer la negociación colectiva en Chile, donde sólo el ocho por ciento de los trabajadores son sindicalizados.
Líderes políticos, como el candidato presidencial opositor Andrés Velasco, lamentó que el mandatario no modificara el sistema electoral heredado de la dictadura militar, el que impide la representación proporcional en el Congreso.
Piñera, en tanto, dijo que hoy el ingreso per capita en el país es de 20.000 dólares anuales, casi en la frontera del desarrollo, aunque admitió su desigual distribución, pidiendo paciencia a sus conciudadanos. /DPA
Martes 21/5/2013