El venezolano Máximo Mendoza emigró a Estados Unidos y se llevó su título y toda la experiencia que le dejó ejercer su profesión.
Al llegar a su nuevo destino intentó, infructuosamente, trabajar en una ferretería y en un hospital, pero no lo aceptaron.
A sus 78 años de edad y con las ganas de sentirse útil, inició un emprendimiento y cocina pies de chocolate y guayaba.
La receta que utiliza es de su hija y elabora el postre en dos presentaciones, pequeña y grande.
Esta es la historia de un criollo que no se dejó vencer por las adversidades.
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