Los dueños de negocios y personas que dejan sus motos, autos y bicicletas bajo el edificio no paran de quejarse y culpar a la luz reflejada en la construcción por estar destruyendo todo lo que se pone a su paso culpa de las grandes temperaturas generadas.
Se trata de un edificio de 37 pisos que está a medio terminar en el centro de Londres. Un conductor de un Jaguar mostró fotografías donde se puede observar parte de la carrocería de su coche derretida.
Los dueños de los locales que están en frente aseguran que los felpudos de sus entradas comienzan a humear cuando el reflejo les pega directamente. Un periodista que quería probar la potencia que tenía logró freír un huevo.
Los constructores aseguran que se trata de un fenómeno y que están haciendo todo lo posible para solucionarlo./Minutouno
Martes 3/09/2013