El recuerdo que está dejando Yoel Yanqui en la Liga Mayor de Béisbol Profesional es el que quiso plasmar en su primera experiencia en Venezuela, pero no pudo.
Tras convertirse el domingo en el primer jugador en batear el ciclo en el circuito, su confianza alcanzó niveles que no estuvo ni cerca de rozar en el reciente invierno.
Yoel Yanqui cada vez conoce mejor las aguas carabobeñas…
En la Liga Venezolana de Béisbol Profesional tuvo un paso con Navegantes del Magallanes, y ahora, en la LMBP, brilla con Marineros, siempre con el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia como su hogar.
Con el buque invernal bateó para magro promedio de .232 en 20 juegos y con los nautas veraniegos arrancará la sexta semana del ruedo como el líder bate, con astronómico average de .420.
Pero entonces, ¿Cuál ha sido la clave para estos desempeños tan disimiles? Un análisis sesgado por el prejuicio, tardaría pocos segundos en afirmar que se debe a la diferencia de nivel que existe entre ambos circuitos.
Pero el protagonista y su mánager, Robert Pérez, el mejor bateador derecho que haya pasado por la LVBP, comparten otras valoraciones y razones, mucho más cercanas a lo tangible en los terrenos.
“Las Ligas Menores se parecen mucho a la Liga Mayor. Aquí hay muchos pitchers con condiciones, que también han lanzado en Grandes Ligas”.
Esto dijo Yanqui a LMBP.net en una reciente conversación. “Hay lanzadores con buena velocidad y comando, el nivel está parejo”.
El toletero zurdo, de 27 años de edad, además ha exhibido cualidades poco frecuentes para un pelotero de sus dimensiones (cerca de los dos metros de estatura y los 100 kilogramos de peso).
Encabeza el circuito en triples (3) y tiene 100 % de éxito las veces que salió a robar bases (5).
“Creo que tiene un poquito más de confianza. Está jugando todos los días”, expresó por su parte Pérez, quien además fue el coach de bateo de Yanqui en el reciente certamen con los turcos.
“Está mostrando concentración en la zona de strike. Tiene un enfoque de disciplina en el plato”.
El argumento levantado por “La Pared Negra” tiene asidero. Tras culminar el quinto septenario del campeonato, Yanqui tiene más boletos negociados (13) que ponches (10).
Un hecho notorio, aún más cuando en su travesía en Ligas Menores casi duplicó la cantidad de veces que abanicó (296), en relación a las que caminó a la primera base (154).
“Ese ha sido el ajuste; tratar de hacerle swing a pitcheos buenos, a los que estén en mi zona de poder para conectar bien”, admitió el antillano. “Ahí está el éxito de ese average”.
Yanqui dio el salto al profesional en 2017, cuando fue firmado por los Cascabeles de Arizona. Salió de Cuba hacia República Dominicana, y allí tuvo que esperar dos años hasta recibir la oportunidad en el béisbol organizado.
Durante cuatro campañas jugó en las granjas primero de los desérticos, y luego de los Rojos de Cincinnati.
“Fui a un tryout y me pusieron a lanzar desde los jardines, bateé, lucí bien y me firmaron”, recordó el oriundo de Palma de Soriano.
“Cuando llegué a Estados Unidos fue una adaptación complicada, había mucho frío. Hay agentes que a veces quieren mucho dinero y uno lo que quiere es la oportunidad que todos desean”.
A pesar de que la línea ofensiva vitalicia de Yanqui en Las Menores fue más que aceptable hasta 2021 (.284/ .363/ .414), y participó en un nivel máximo de Doble A, no recibió contrato en el béisbol organizado en 2022.
Así que disputó la Liga Dominicana de Verano (LIDOVE), obteniendo el título de bateo (.459) por su labor con los Granjeros de Moca.
“Si (en las Ligas Menores) me hubieran dado más oportunidades, hubiese avanzado”, indicó el isleño.
“Dejé buenos números, así que hubiese sacado mayor provecho”, cerró.
Con información de Prensa Liga Mayor de Beisbol Profesional – LMBP
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