Decenas de hombres armados y disfrazados de policías mataron a tiros a 13 pasajeros de un convoy de autobuses en el suroeste de Pakistán y arrojaron sus cuerpos en un barranco cercano, informaron las autoridades el martes.
Se desconoce el motivo del ataque del lunes por la noche y nadie se atribuyó la responsabilidad de inmediato, pero las sospechas caen en separatistas que durante décadas han realizado una insurgencia de baja intensidad en la provincia suroeste de Baluchistán.
Los autobuses se dirigían a la provincia de Punjab, en el centro del país, donde los separatistas han atacado a habitantes de la provincia por considerarlos intrusos que usurpan su independencia. La provincia es también hogar de muchos combatientes islámicos que han perpetrado ataques anteriormente, en especial contra musulmanes chiíes, un grupo minoritario.
Fuerzas paramilitares brindan protección a los grupos de autobuses que transitan por Baluchistán, pero varios hombres distrajeron a los soldados mediante disparos contra un camión cisterna que trasladaba petróleo cerca del lugar, dijo Kashif Nabi, un funcionario del gobierno municipal.
Mientras tanto, decenas de hombres armados vestidos con uniformes de la policía tribal detuvieron al convoy de cinco autobuses en un retén a unos seis kilómetros (cuatro millas) de distancia luego de superar a los nueve policías del puesto, dijo Abdul Waheed, subcomisario del distrito de Bolan, donde se registró el atentado.
Los agresores rodearon los autobuses y dos hombres ingresaron a cada vehículo para revisar las identidades de los pasajeros, agregó Waheed. Mientras lo hacían, un soldado trató de llegar al área, pero fue muerto por los atacantes, de acuerdo con Waheed.
El grupo se llevó a 22 pasajeros con ellos, incluyendo a nueve policías tribales, dijo Waheed, pero liberaron a los policías a pocos kilómetros (millas) de distancia porque se trataba de gente local, y siguieron su camino con los 13 secuestrados restantes, informó Waheed.
La policía encontró los cadáveres de los 13 rehenes el martes en un barranco cercano al pueblo de Machh, aproximadamente a 10 kilómetros (seis millas) del puesto de control donde los autobuses fueron detenidos, dijo Nabi, funcionario municipal que trabaja en Machh.