El Ejército Libre Sirio designó un nuevo jefe militar, anunciaron el lunes los grupos de la oposición, mientras intentan reestructurar un movimiento insurgente que ha caído en la desorganización ante las crecientes luchas internas y un respaldo internacional menor en su lucha para derrocar al presidente Bashar Assad.
El brigadier general Abdul-Ilah al-Bashir reemplaza al general Salim Idris, criticado por muchos en la oposición por su falta de eficacia y haber perdido la confianza de Estados Unidos y sus aliados, especialmente después que los extremistas islámicos capturaran un depósito de armas en poder de los insurgentes moderados. El nombramiento fue anunciado el lunes en una declaración del Consejo Supremo del ELS.
Al-Bashir, que dirigió con anterioridad las operaciones del grupo en la provincia de Quneitra, junto a la frontera con los Altos del Golán, territorio ocupado por Israel, es considerado un islámico moderado. En sus discursos dijo que respalda una Siria democrática pero menciona con frecuencia el Corán.
Su designación, adoptada por consenso el domingo por la noche entre los 30 integrantes del Consejo Militar del ELS, es considerado un intento de reorganizar y reestructurar el Ejército Sirio Libre tras una serie de reveses e intentar convencer a Occidente que entregue armas más poderosas. Intenta demostrar además a los rivales insurgentes que el grupo ha reaparecido con una conducción nueva y creíble.
El ELS — una coalición de los principales grupos insurgentes —ha visto disminuir en gran medida su influencia y experimentó contundentes contragolpes el año pasado, inclusive el asalto a su almacén de armas por parte de extremistas islámicos, lo que ocasionó la suspensión temporal de la ayuda no letal estadounidense a los rebeldes. El ELS volvió a sufrir un contratiempo en los últimos meses por la cruenta lucha con un grupo escindido de al-Qaida, el Estado Islámico de Irak y el Levante.
La oposición moderada espera demostrar que la coalición ha reforzado los grupos sin guía, caóticos y cada vez más débiles que forman la coalición. Los donantes occidentales se abstuvieron de aportar armas ante el temor de que caigan en manos de los islámicos más integristas. / AP.